La vida de Julio González siempre ha estado rodeada de sandías. Desde pequeño se interesó en el producto ilustre de la localidad de Paine, Región Metropolitana, sin saber que un día sería coronado como el rey indiscutido de esta fruta.
Todo lo que sabe sobre el jugoso rubro lo aprendió de su padre, Audilio del Carmen González, que siempre le inculcó la importancia de la agricultura en la zona donde venden las "poleras con panza".
"Yo tenía 14 años cuando empecé. Todos los días, después de la escuela, mi papá me esperaba en el sandial, ahí en la parcela que tenía, trabajábamos toda la tarde, al mismo tiempo que aprovechaba de enseñarme el negocio", señaló.
Rey
González tiene 52 años, de los cuales 35 los ha dedicado a la plantación de sandías, toda una vida de trabajo inspirada en lo que hicieron sus antepasados. "La tradición en la que está involucrada mi familia tiene alrededor de 100 años. Mis abuelos eran uno de los sandialeros más importantes, los Romani y los Quintanilla, que levantaron este negocio en la localidad de Aculeo", agregó el campesino.
Toda esta historia de trabajo y aprendizaje hoy le trae grandes frutos, literalmente. Julio fue premiado por la Municipalidad de Paine como el "Rey de la sandía", ya que consiguió cosechar el prospecto más grande y pesado, con el mejor aroma, textura y sabor.
"Me siento lleno de orgullo por conseguir este logro. Ya en otros años conseguí el primer lugar, y esta constancia nos motiva a seguir trabajando, principalmente cuando la gente llega a comprar y te reconocen por hacer bien tu trabajo", aseguró feliz.
Fiel a la tradición, y ahora como el monarca, el agricultor quiere mantener viva la herencia. Padre de cuatro hijos, Sebastián (32), Ángel (28), Edith (27) y Julio César (23). Todos ellos decidieron estudiar carreras diferentes, sin embargo, hoy forman parte de la empresa familiar de su padre, nombrada G &R por la familia González Rojas.
- ¿Qué dice su familia sobre el premio que ganó como el rey de la sandía?
- Se lo toman con humor. Tengo dos nietas chiquititas y regalonas que le dicen a sus compañeros en el colegio que son las reinas de la sandía. Algunas veces se pasean por la ramada comercial que tengo, usando poleras con dibujos de sandía y diciendo que son las nietas del rey.
- ¿Cuánto puede costar la Sandía por la que fue premiado?
- En nuestra ramada tenemos muchas sandías como las premiada. Pesan alrededor de 20 kilos y cuando las vendo por mayor las dejo a $3. 500 cada una, muy barata para la calidad que tiene.
-¿Alguna historia graciosa que contar mientras trabajaba?
- Cuando un labora con sandías se tiene que ocupar un caballo, el que hace unos surquitos que ayudan a la cosecha. Cuando llegó el día que la "Panchita" tenía que trabajar, así la llamamos, esta no estaba. Hicimos la constancia en Carabineros porque ya habían pasado tres semanas y no teníamos rastro del caballo, hasta que la pillamos. La regalona había estado todo este tiempo echada comiéndose las sandías y no la podíamos ver por el tamaño de la fruta.