Con el fin de estudiar la práctica del Chemsex, investigadores debían enfrentarse a situaciones de riesgo.
La División de Prevención y Control de Enfermedades (Diprece), dependiente de la Subsecretaría de Salud Pública del Ministerio de Salud, tiene en su mirada un particular llamado a licitación por 50 millones de pesos. En la publicación se indica que se busca indagar en terreno el comportamiento de las personas asiduas a drogas sexualizadas, práctica conocida como Chemsex.
Con el propósito de conocer el comportamiento de los usuarios de drogas pertenecientes a diversos colectivos “LGTBI+ y no binarios de la RM”, y con el fin de fortalecer las estrategias de prevención del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, es que se promovía este estudio.
El detalle que no pasó desapercibido en esta investigación es que al ser de carácter etnográfico, debían utilizar técnicas como la observación participante, y las entrevistas cara a cara.
Toda esta descripción generó dudas y una ola de críticas entre algunas autoridades. Hay quienes incluso cuentan que el proyecto continuó pese a no tener el visto bueno del comité ético de la cartera, según señala La Tercera.
Detalles de la oferta
Una de las aristas más polémica de esta licitación era que establece que los investigadores debían asistir y participar de estas fiestas para realizar la investigación, agregando que los informes debían realizarse a través de un trabajo desarrollado por “observadores-participantes” que sean parte de la comunidad LGTBI+ y no binaria.
En definitiva, quienes debían cumplir el rol de investigadores, debían detallar todos los aspectos posibles de estas prácticas, lo que sin duda requeriría de varias horas de estudio, ya que se establece una bitácora en la que se registran los avances.
La gran característica del Chemsex que causa tanta curiosidad desde el punto de vista de la salud pública, es la práctica de relaciones sexuales bajo un alto consumo de drogas. En el documento se establece que las sustancias son “de amplia importancia desde el punto de vista de la salud pública, dadas las vulnerabilidades, riesgos y daños sicosociales que conlleva, y de gran relevancia social, cultural y política, aspectos que obligan a conocer su incidencia en las comunidades de la diversidad sexual en Chile y su vinculación con la transmisión del VIH y las infecciones de transmisión sexual (ITS)”.
Problemas en la realización
Solo 10 días después de que se publicara la licitación, el Centro de Estudios Germina se adjudicó la oferta por $49.763.500 para en un plazo de 12 meses realizar un estudio de carácter etnográfico; es decir, utilizar técnicas de observación participante y entrevistas cara a cara.
Sin embargo, en las primeras semanas de estudio ya se evidenciaron algunos problemas muy graves, ya que durante una de las observaciones uno de los investigadores fue agredido, y también confirman que aún no se ha iniciado la revisión ética que, acorde a diversas fuentes, fue advertida por el gabinete de Salud Pública a la Diprece en más de una oportunidad.
A raíz de esto último, los jefes de división respectivos acordaron suspender el trabajo de campo hasta que se tenga la aprobación de un comité ético, que hoy estaría en manos de académicos de la Universidad de Chile.
Sin embargo, ya se notificó que este estudio ya no va más, luego de que desde la Subsecretaría de Salud Pública señalan que a pesar de los avances que ya se dieron, “el estudio mencionado no se llevará a cabo, hoy está en categoría de suspendido” y “en enero 2024, la Subsecretaria de Salud Pública solicitó directamente poner término anticipado al contrato suscrito”.
Lee más en La Cuarta
Temas Relacionados
