El denominado "sicópata de Copiapó" no ha colaborado, desde la cárcel, con la investigación para encontrar el cuerpo de la joven perdida en junio del año pasado.
Siete meses han pasado desde que Ximena Godoy vio por última vez a su hija Catalina Álvarez (16), luego de que le diera permiso para juntarse con una amiga en su natal Copiapó. La mujer, al ver que ya era tarde y que la joven no llegaba a casa, la llamó. Ese fue el comienzo de una pesadilla.
"La llamé y me dijo gritando que la tienen amarrada y me pide ayuda. Iba en un colectivo y la estaban secuestrando, luego se corta la llamada", recuerda Ximena.
Tres semanas después, la policía detenía a Hugo Pastén, un colectivero de Copiapó que confesó el crimen de Catalina y de dos mujeres más: Marina Cabrera y Sussy Montalvan. Desde ese día, a Pastén se le conoce como el "sicópata de Copiapó", y permanece en prisión preventiva en el penal de Huachalalume, en La Serena.
"Él es de acá y su familia también. Como es un lugar chico, acá todos nos conocemos y a veces los veo en el centro, pero no tengo nada que decirles a ellos. Sólo quiero que ese maldito me diga dónde está Catalina, pero no ha colaborado en nada y sólo se ha reído de nuestro dolor", dice Godoy a La Cuarta.
- ¿Qué dicen las hermanas chicas de Catalina?
La de 2 años poco entiende, pero la de 9 pregunta mucho por ella y la echa de menos.
- ¿Qué planes tenía su hija?
A ella le encantaba dibujar y cantar. Estaba en 3° medio y le gustaban mucho los animales. Quería ser veterinaria.
- ¿Ha vuelto a tener contacto con la psíquica que le dio pistas para atrapar a Pastén?
Ella me dijo que se trataba de un colectivero y me dio detalles de lo que vivió mi Catalina, pero no he vuelto a saber de ella.
Otras pistas
El material genético de las víctimas ha sido la principal prueba de la Fiscalía de Copiapó contra Pastén, ya que se ha podido seguir los pasos del acusado, antes, durante y después de los crímenes.
"Se indaga un delito de sustracción de menor con grave daño de la víctima. Los peritajes realizados en el colectivo que manejaba el imputado, se encontró sangre que resultó ser de la niña", explicaron desde el ente persecutor.
Búsqueda en el desierto
Más de 300 personas han participado en la búsqueda de Catalina, en una operación rastrillo que ha abarcado 150 kilómetros cuadrados, pero sin resultados positivos.
"Los padres de Catalina han estado en contacto permanente con la Fiscalía y ellos han formado parte de todas estas búsquedas. Se han realizado visitas a lugares que ellos han planteado como posibles a partir de sus sospechas", indicó el fiscal jefe de Copiapó, Christian González.
En tanto la justicia otorgó una ampliación de 6 meses más en la investigación, por lo que Pastén deberá seguir tras las rejas. Su defensa buscaba cambiar la medida cautelar por arresto domiciliario, lo que fue negado, sin embargo, consiguió que el imputado pueda dormir a oscuras, ya que Gendarmería tenía la luz encendida como medida de precaución, pues está aislado y con vigilancia permanente.