Cristián Soto era hasta la tarde del sábado uno más en Coyhaique. Pero luego que se descubriera el crimen que cometió se convirtió en el más odiado.
De acuerdo al relato de vecinos de la calle Río Pangal, donde se perpetró el asesinato de la pequeña Florencia Aguirre, Cristián Celestino Soto García de 31 años no se veía como una persona agresiva. Al contrario, era bastante introvertida. Al menos eso es lo que aseguraban ver de la puerta para afuera.
Sin embargo, al principal sospechoso del homicidio calificado con alevosía en contra de Florencia Aguirre le pesaba una orden de detención por violencia intrafamiliar.
¿Y quién es?
Cristián Soto es nacido y criado en la zona. No tenía una profesión u oficio específico, sino que le hacía a cualquier pololito que le cayera para conseguir billete pa' parar la olla en la casa donde vivía con su pareja, Sandra Henríquez, los dos hijos en común que ambos tenían y las dos niñas de la mujer, de una relación anterior.
En el último tiempo se dedicó a la elaboración e instalación de cercos hechos con alambre púa. Y gracias a esa labor obtuvo conocimientos para excavar hoyos en espacios reducidos, como el que, según la Fiscalía, hizo en la leñera donde enterró el cuerpo de Florencia, el pasado viernes 14 de octubre.
Ese día, y al igual que en otras jornadas, el hombre estaba a cargo del cuidado de la menor, pues su madre salía de la ciudad a primera hora para trabajar en una oficina gubernamental.
Según cercanos a la familia, quienes prefirieron mantener en reserva su identidad, el hombre era investigado por abuso en contra de Florencia Aguirre.
Mudo
Cristián Soto fue quien dio aviso a Carabineros de la desaparición de la niña y cuando le tomaron declaraciones cayó en inconsistencias que hizo sospechar a la PDI de su participación en los hechos.
Al ser detenido, desarrolló una serie de contradicciones en su declaración, las cuales lo hicieron confundirse y asumir el crimen.
Por ese motivo, en la audiencia llevada a cabo en el Juzgado de Garantía de Coyhaique sólo abrió la boca para identificarse. Posterior a eso se quedó mudo, cabizbajo y ni siquiera expresó una mueca cuando el fiscal pidió pena ejemplificadora en su contra.
Tuición
En la población Almirante Simpson, Cristián Soto García tenía fama de ser una persona introvertida con los vecinos, pero violento al interior del hogar que compartía con Sandra Henríquez.
Hace un tiempo, la hija mayor de su pareja, de 12 añitos, dejó de vivir con ellos a raíz de las constantes agresiones sufridas por su padrastro.
La niña se habría ido a vivir con una de sus tías (hermana de la mamá), de quien se dice intentó pedir la tuición de Florencia, pues no confiaba en los cuidados que le brindaba.
Sin embargo, su iniciativa no prosperó y terminó con este desenlace fatal.