Crimen del "Lauchón" tiene a ex poli en el banquillo

En el Sexto Tribunal Oral Penal de Santiago se desarrolla desde el viernes pasado el juicio contra el presunto asesino del narco René Dionisio Morales Morales, "El Lauchón". En la silla de los acusados apareció el ex cabo 1º de Carabineros, Gabriel Andrés Correa Sepúlveda (36), quien supuestamente brindaba protección al trafica y su lote.

Morales fue ultimado a balazos el 11 de junio de 2009 a pocos metros de la discoteca Costa Varúa de La Florida. La fiscalía llevó ante la justicia como presunto asesino a Roberto Carlos Cerpa Silva (29), guardaespaldas de Morales.

El día de los hechos Morales salió de la pobla San Gregorio hacia el sector del citado centro nocturno. Allí "El Lauchón" descendió de una camioneta para dispararle a Gabriel Uribe Vejar, "El Mono Gabriel", momento en que se traba su arma de fuego y, entonces, ambos sostienen un forcejeo.

También salen del vehículo Cerpa, Jorge Abraham Moya Gaete y un tercer sujeto, los que bajo la apariencia de brindarle cobertura a Morales le dispararon aprovechando que el jefe estaba en el suelo dándoles la espalda.

También llenaron de plomo a Uribe y Jonathan Lara Escalona, quien había acudido en su auxilio.

Morales recibió 7 impactos de bala y a Lara lo alcanzaron varios tiros. Ambos fallecieron. Uribe resultó con 2 impactos en un muslo.

En el juicio oral ya declaró Cerpa y Correa. El primero dijo que disparó al aire y no al "Lauchón". El poli señaló que con Morales mantenía una relación típica de carabinero con un ciudadano, que no era su amigo y no iba a sus fiestas, aunque las escuchas lo funan.

La Fiscalía Sur pidió 18 años y 3 días de cárcel para Cerpa y poco más de 6 años a Correa.

La acusación de la Fiscalía Sur indica que Correa "en su calidad de funcionario de Carabineros de Chile, en forma reiterada se relacionó, brindó protección, cobertura e información confidencial" a Morales y sus secuaces.

Según la Fiscalía, entre otras labores habría brindado datos personales de terceros o grupos rivales a cambio de dinero, especies u otros beneficios.

El documento de la fiscalía señala que en junio del 2009 acordó a cambio de un pago proporcionar a Morales la ubicación y domicilio de una persona que, al parecer, pertenecía a un grupo enemigo. También le entregó información sobre un perico para que Morales lo ajusticiara.

En una ocasión recibió de Cerpa un casco Arai avaluado en 470 lucas, con el que se identificaban en las llamadas. Los contactos de Correa quedaron registrados en interceptaciones telefónicas en indagaciones realizadas por sabuesos de la PDI.

El fiscal Juan Pavez -el titular en esta causa es su colega Marcelo Apablaza- explicó al diario La Cuarta que en una llamada entre Correa y Moya "se corrobora" que los asesinos eran del círculo de Morales.

"Hablan de un partido de baby, que habrían sido del mismo equipo los que le pusieron la patada y eso lo dice el mismo señor Gabriel Correa, que tenía conocimiento de la ocurrencia del hecho y además que tenía participación Abraham, al que le presta la cobertura" para escapar.

En otras escuchas Correa lamenta la muerte de Morales y se nota la cercanía que hay entre el acusado y sus interlocutores del círculo de Morales. Correa también dice que pueden contar con él.

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