Un tema importante como la higiene personal se ha vuelto una “batalla diaria” para los refugiados. Algunos incluso han limitado su alimentación para evitar las visitas al baño, los que deben compartir con cientos de personas y no están en buenas condiciones.
Las mujeres de Gaza tienen algo más de qué preocuparse además del horror de la guerra, ya que se han visto obligadas a usar pañales o trozos de tela como toallas higiénicas, poniendo en riesgo su salud. Así lo informó el medio Newsweek.
Ellas están viviendo su menstruación en condiciones humillantes y exponiéndose a infecciones. “Corto la ropa de mis hijos o cualquier trozo de tela que encuentro y lo uso de toalla sanitaria. Me baño apenas cada dos semanas”, explicó al mencionado medio Hala Ataya, de 25 años, desde Rafah, ciudad a donde muchos han huido.
Fue forzada a dejar su casa en el campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de Gaza, y quedarse en una escuela a cargo de la ONU, donde comparte inodoro y ducha con cientos de personas.
“Me siento humillada”
“Hemos vuelto a la Edad de Piedra. No hay seguridad ni alimento ni agua, no hay higiene. Me da vergüenza, me siento humillada”, aseguró Samar Shalhoub, de 18 años, quien según sus palabras, ha sobrevivido en varios refugios repletos de “inmundicia”.
Shalhoub dijo que usa trapos cuando llega la menstruación, lo que le ha causado “irritación e infecciones de piel”. “No hay absolutamente nada: privacidad, jabón para estar limpios, productos menstruales”, alerta la organización ActionAid.
Para otra mujer llamada Ahlam Abu Barika, la higiene personal es como una “batalla diaria”, incluso reveló que con sus hijos comen menos para limitar sus visitas al baño.
La ONG Action Against Hunger afirma que muchas mujeres llevan ropa manchada con sangre menstrual y que utilizan “productos para el período por más tiempo de lo previsto, lo que aumenta el riesgo de infección”. Pero lamentablemente, no tienen otra opción.
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