¿Por qué cuando crecemos le hacemos el quite a la leche?

Si bien es recomendada para todas las etapas de la vida, muchos le cierran la boca porque piensan que sólo aporta cuando finaliza la formación ósea. Si no le gusta la leche de origen animal, también existen otras alternativas.

Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, Odepa, el consumo nacional de lácteos es de alrededor de 146 litros por persona al año, lo que está por debajo de los 180 litros recomendados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) o los 200 litros consumidos en países desarrollados. ¿La razón? No se considera un alimento para adultos.

Para Paola Cáceres, nutricionista del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta), "está muy arraigado que la leche es un producto infantil, porque la formación ósea alcanza su peak hasta los 21 años, entonces después el calcio no va a formación ósea, y malamente se cree que ya no lo necesitamos", explica la profesional.

Sobre lo indispensable que es no cerrarle la boca a la leche cuando adultos, la nutricionista agrega que "ésta es necesaria para otras funciones, como la contracción muscular y el impulso nervioso. Entonces, si en la etapa adulta no consumimos calcio externo, lo vamos a sacar de nuestras reservas, que son los huesos".

Bomba nutricional. Jazmín Zapata, académica de la carrera de Nutrición de la Universidad San Sebastián, acentúo la importancia de consumir lácteos en todas las etapas, pero sobre todo "en el embarazo y la lactancia, que es un período crítico en aumento de energía y de micro y macro nutrientes. Entonces, los lácteos son un alimento completo, que facilita el cumplimiento de las metas nutricionales".

La misma experta, detalla el aporte nutricional:

- Proteínas de buen valor biológico que contribuyen e impiden en los adultos mayores la reducción y pérdida de masa muscular (sarcopenia).

- Calcio: Vital en procesos fisiológicos, formación de huesos y para la prevención de osteoporosis.

- Lactosa: Aporta nutrientes y fibra.

- Lípidos: Grasas o aceites.

- Minerales como calcio y fósforo.

- Lisina: aminoácido esencial.

- Vitaminas del complejo B (funcionamiento cerebral) A y D.

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