Accidentes cerebrovasculares, traumatismos encefalocraneanos, tumores, infecciones cerebrales y enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, pueden causar pérdida o alteración del lenguaje.
Dentro de estos trastornos está lo que se conoce como afasia, que por lo general compromete el lenguaje oral y escrito.
La causa más frecuente es el accidente cerebro vascular (ACV), con una incidencia del 21% a 38% y con tal grado de afección en el paciente "que su capacidad expresiva queda limitada a sólo unas sílabas perseverativas que no dicen nada. Además, la lectura y escritura quedan severamente comprometidas", dice Rafael González, fonoaudiólogo del Hospital Clínico U. de Chile.
Quienes sufren esta afección comienzan con una anomia más bien discreta, "como la dificultad para articular o acceder a algunas palabras, sin que esto implique un compromiso cognitivo, pero que deriva posteriormente a una afasia global, porque se produce una pérdida neuronal que implica muerte de las neuronas en el área del lenguaje", detalla González.
Los cuadros neurológicos también afectan el habla, que es el medio por el cual se exterioriza el lenguaje. La más común de estas alteraciones es la disartria, que se refiere a la alteración en la movilidad de la musculatura oral que afecta la producción de sonidos, sin incidir en la comprensión auditiva, la lectura, y la escritura.
Otro achaque es la apraxia, que es una dificultad para articular. A diferencia de la anterior, no es una alteración de la movilidad en la musculatura, sino que una imposibilidad para que las conexiones nerviosas accedan a una zona en el hemisferio izquierdo donde se encuentra la base neurológica de los sonidos.
"Diagnosticar y tratar a tiempo estos trastornos mejora considerablemente la calidad de vida de los pacientes", dice González.
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Todas las respuestas han sido proporcionadas por especialistas del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.