Nos pusimos en contacto con la PDI para saber qué tan alejado de la realidad está el argumento de la teleserie de Canal 13. Y la respuesta sorprende: sólo este año hay 52 jovencitas entre 12 y 17 años desaparecidas.
El impacto de la teleserie de Canal 13, Pacto de Sangre, es indesmentible. Interpretaciones descollantes como la de Tamara Acosta (Carmen) o la de Ignacia Baeza (Trinidad), más una intriga policial que todos los días evoluciona, tiene atrapados a los espectadores.
Quisimos creer que una adolescente desaparecida no era más que el "invento" de un grupo de guionistas para dar vida a una trama exitosa. Lamentablemente, la realidad es otra.
Según cifras de la PDI, entre enero y septiembre de este año, las denuncias por presunta desgracia de jovencitas entre 12 y 17 años fueron 1.728 -160 más que en igual período de 2017.
Sin embargo, este número baja considerablemente tras las primeras pesquisas: se han encontrado a 1.676 niñas, pero de 52 no se tiene antecedentes.
"Sin duda las estadísticas son alarmantes, pero la gran mayoría de los casos son abandonos de hogar o fugas de las instituciones encargadas del cuidado de los menores de edad, las cuales no terminan en desgracia", detalla Oscar Garrido, subjefe de la Brigada de Ubicación de Personas.
¿Dónde están? Pese a ello, aún queda un gran margen y decenas de familias que no saben el paradero de sus hijas. En 2017, fueron 72 las que nunca más regresaron, mientras que este año ya van 52.
¡Sí, leyó bien! Cincuenta y dos. Guarismo bastante alto si pensamos que existen entre enero y agosto de 2018, 356 personas de todas las edades y sexo de las que no se sabe nada. "Generalmente, las adolescentes tienen problemas con sus padres, tutores o personas que los cuidan y se van de las casas o instituciones en las que están. También pasa que hay conflictos escolares o malas notas y se 'ocultan' en casas de amigos por temor a los castigos. En esos casos, generalmente, son encontradas", seña el comisario Osorio.
Claro que no todo es tan fácil, ya que la tecnología es una herramienta de doble filo. "Aunque ningún caso es igual a otro. Pasa mucho que las jóvenes conocen a personas en redes sociales y se encuentran con ellas sin avisarle a nadie. Y eso puede terminar mal, como un caso que recuerdo de este año, donde ella salió con un tipo en moto, tuvieron un accidente y lamentablemente falleció", cuenta el comisario.
Y es aquí donde pone énfasis la PDI. Hoy, internet está en todos los celulares y hay poca fiscalización de los adultos. ¿Cuántos de estos casos terminan en hechos delictuales?. En desgracias que nunca quisiéramos informar y menos experimentar. ¿Cuántas de estas desaparecidas viven su propio "pacto de sangre"?. La respuesta impacta: El 0,5% de ellas se convertirá en una víctima fatal. En palabras simples, al menos una no regresará con vida.
Datos clave. Para evitar que esto suceda, la recomendación es que es fundamental "conocer los nombres que usan nuestros hijos e hijas en las redes sociales. Saber cuál es su círculo cercano, sus horarios de colegio y las rutinas que desarrollan a diario. Además, si uno de los o las menores de edad no llega a casa a la hora convenida, lo primero que hay que hacer es llamar a todos los familiares cercanos, pues muchas veces nos pasa que están en la casa de la abuelita y simplemente no le habían avisado a sus padres", acota el comisario.
Un dato: No hay que esperar 48 horas para hacer la denuncia. Si se piensa que algo le puede pasar a alguien, ya sea niños o adulto, hay que ir a un cuartel de la PDI y hacer la denuncia. Los antecedentes son entregados a la Unidad de Reacción Inmediata, personal que hace las primeras diligencias, por lo que rápidamente se encuentra a la persona. Si ello no sucede, ingresa a esta cadena de búsqueda el Ministerio Público, entidad que da una orden que amplía de investigar, aunque la autorización también la puede entregar la fiscalía verbalmente, lo que importa es actuar de inmediato.