La entrada en vigencia de la nueva ley de alcoholes causó el efecto esperado. Como se destaparon más botellas de jugo que de pisco y se chupó en casa, bajó el número de curahuillas arriba del volante.
Así lo informó el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, que en compañía de la directora de Senda, Francisca Florenzano, y la secretaria ejecutiva de Conaset, Francisca Yáñez, entregaron el balance de fiscalización a tres semanas de la llegada de la nueva norma.
Según el reporte, las personas que pasaron por la revisión de Carabineros fueron 11.898, más de 300% por sobre los 2.935 controles realizados en marzo de el año pasado. O sea, 426 fiscalizaciones más por día.
El sondeo registró entre el 15 y el 31 de marzo un total de 157 conductores que iban bajo la influencia del alcohol (0,3 a 0,79 g/l) y un número de 326 individuos que iban en estado de ebriedad (0,8 o más).
El 4,2% que representa esta cifra no se compara con el 22% que se registró a la misma fecha del 2011.
"Ya es posible notar un cambio de conducta en los conductores chilenos, lo que esperamos se consolide como una tendencia que permita reducir las muertes y el sufrimiento por los accidentes de tránsito", comentó el ministro Errázuriz.
"Hay que recordar que no estamos diciéndole a las personas que no consuman alcohol, estamos diciendo una cosa mucho más pequeña y es que la persona que maneja no puede consumir alcohol", agregó.
La directora del Senda, Francisca Florenzano, señaló que las cifras son "tremendamente alentadoras. Hay un cambio de conducta de la gente".
La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), María Francisca Yáñez, valoró la reacción de las personas ante la nueva norma.
"No sólo estamos mejorando nuestra ley y la fiscalización, sino que las personas están reaccionando con esto. La campaña comunicacional también ha traído buenos efectos", remachó.