El sacerdote jesuita cree que la Iglesia Católica ya tuvo su tiempo en el poder y que hay que dejarle esa labor a los laicos. Además reconoce que el estallido social fue fundamental en el proceso constituyente.
Pese vivir en Antofagasta y no estar ligado a la política, cada vez que se habla de un candidato a constituyente, aparece en primera línea el sacerdote jesuita Felipe Berríos.
La Cuarta lo contactó para saber qué piensa de que lo candidateen y fue tajante: "Agradezco la confianza de la gente, pero declino a ser candidato a constituyente. Pertenezco a la Iglesia Católica, cuya jerarquía por décadas usó y abusó de su poder fáctico para influir y frenar leyes, pasando a llevar la libertad de los legisladores, por lo que creo, debemos ahora, por pudor, mantenernos al margen y aprender a dejar que los laicos trabajen libremente".
- ¿Por qué cree que lo proponen?
- Me parece que la gente busca a quienes sienten que los representa mejor, con sus problemas y añoranzas y buscan así a quienes sienten que no tienen agenda propia o partidista.
- ¿Cómo ve usted al país?
- Por un lado lo veo con esperanza de cambios para una etapa nueva. Por otro lado veo que hay mucha agresividad y desconfianza. Espero que la democracia sea el camino para solucionar los problemas.
-¿Qué temas cree son importantes de abordar en la nueva Constitución?
- Para mí, un tema clave es la mayor importancia constitucional para el desarrollo de la ciencia y las humanidades. Es la clave para combatir la pobreza y la desigualdad. Necesitamos más cultura, sin ella nos empobrecemos en todos los sentidos. Necesitamos ciencia, investigación, arte, literatura, teatro, etc.
-¿Qué opinión tiene del Estallido Social?
- Si no hubiera desembocado en el plebiscito y en una nueva Constitución, habría sido sólo un estallido, un desahogo, pero no habría tocado la raíz de los problemas. Pero ahora este estallido pasó a ser el primer paso de un proceso de cambio profundo de la sociedad chilena.
- ¿Cree que este proceso traerá mejoras para Chile?
- Sí, me da mucha confianza que la compondrá al menos un 50% de mujeres, eso es un buen augurio que de ellas saldrá algo bueno. Las mujeres saben sociabilizar, llegar a acuerdos, defender al más débil, incluir, etc.
-¿Cree que sirvió el retiro del 10%?
- Sí, sirvió. Pienso que el primer retiro del 10% fue un símbolo del fin de un sistema que no dio el ancho de lo prometido y además fue una ayuda económica a mucha gente en un momento crítico. Fue una salida simbólica, política y económica.
-¿Será bueno una segunda patita?
- Otro retiro, ya no sería un beneficio a los más pobres, entiendo que hay 2 millones de personas que ya no tendrían el beneficio, el costo para el Estado sería demasiado alto. Sería una mala forma de tapar la negligencia y el desdén de no ir pronto a la raíz de un cambio de sistema de pensiones y también es una forma de desligar de la obligación que tiene el Estado de ir en apoyo a la gente necesitada sobre todo en una emergencia como es la pandemia.
- ¿Cómo siente que se ha abordado la pandemia del Covid-19?
- Aún no termina, por lo que creo que es muy apresurado hacer juicios y comparaciones. Ahora es un tiempo de estar unidos, seguir las indicaciones y apoyar a quienes sufren por la muerte de un familiar o por el deterioro económico y la falta de trabajo. El Covid 19 no se vence con exitismos y máquinas, se vence con solidaridad y humanidad.