Éxito total: a Curicó le vino bien esta Fiesta de la vendimia

El terno azul, impecable. Corbata celeste, bien estirada y reluciente en el cuello. Los zapatos brillan. Y la camisa blanca… tiene una pequeña mancha en el cuello. Es de vino. Tinto. Para muchos podría ser un error de protocolo, un inexcusable problema en una actividad formal, pero no para todos. Que lo diga Javier Muñoz, alcalde de Curicó, quien vestía ayer ese traje.

Muñoz era el protagonista de la Fiesta de la Vendimia en la ciudad de la Región del Maule. La ocasión ameritaba, obviamente, vestir así. En un día en que la gran mayoría disfrutaba el mediodía con short y polera. Pero como el edil andaba trabajando, tuvo que sacrificar la camisa a la hora de acercarse a la pileta de vino de 200 litros que estaba apostada en el lugar. "Era imposible evitarlo", ríe él, acostumbrado a esta actividad.

No es el único tampoco. De hecho, recorriendo las decenas de stands que rodean a la Plaza de Armas de la ciudad se ve a muchas personas con copas en sus manos con alguna manchita en la camisa, pero todos sonríen luciendo la "medalla" que recuerda que la cata ha sido buena.

Este es el fin de semana en que Curicó luce sus mostos y el edil aprovecha de recordarle al mundo que son protagonistas en la materia. "El 80% de los vinos de la zona son exportados", apunta Muñoz, justo antes de destacar que esta es la ocasión en que se pueden degustar estos vinos de calidad superior y que no se ven en el mercado local.

Internacional

Singapur, México, Italia, Argentina… Muchos países se sumaron a la fiesta y aprovecharon de sacar lecciones, mientras en el escenario seis equipos (de cinco personas cada uno) de viñas aplastaba uvas con los pies al desnudo. Ahí ganó Correa Albano, quienes se llevaron un premio de 500 mil pesos y harto cansancio acumulado en las piernas.

Incluso, los expositores se revuelven en el lugar y sacan partido a esta "moda" de consumo de vino, un fenómeno que ha llevado a los chilenos a dejar de consumir el mosto de caja para privilegiar los de mayor calidad.

Por lo mismo, cerca de 200 mil personas se reunieron en torno a la plaza de armas estos tres días. En la noche, la música retumba en la ciudad, que se solaza con la presencia de números artísticos potentes y de renombre mundial. Y atrás sonríe Francisco Saavedra, animador del festival e hijo pródigo de Curicó.

Una reina que sabe de coronas

Raro sería encontrar una fiesta tradicional en Chile donde no se elija a una reina. Y ojo, que la soberana de Curicó no solo es belleza y simpatía. Ignacia Rivera fue campeona mundial de kung fu. Harto más que solo una cara bonita.

"Practicar artes marciales es un muy buen estilo de vida, uno se puede defender en momentos malos, sobre todo las mujeres. Yo lo practico como deporte porque participo en competencias, y para mí es un honor representar a Curicó en diversos lugares y siempre trataré de incentivar a practicar artes marciales o cualquier deporte", explica con una dulzura que contrasta con sus habilidades deportivas.

De hecho, Ignacia no esconde su felicidad y el orgullo de representar a esta fiesta "la pionera de las fiestas de la vendimia de Chile", remarca. Y si bien su reinado recién comienza, ya invita a las jóvenes de la zona a participar. "Que sean candidatas el próximo año en esta fiesta porque es maravilloso representar a nuestra identidad", dice rapidito, antes de correr a las muchas actividades que llenan su agenda este fin de semana.

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