El hombre del Caso Democracia Viva estaba embalado dando clases a los demás reos. Le chantaron la moto.
A poco de entrar a la Cárcel de Antofagasta a cumplir prisión preventiva, el protagonista del Caso Democracia Viva, Daniel Andrade, agarró vuelo dando clases a los demás internos. Lo que no sabía, es que no es llegar y dárselas de profe.
En el comunicado que envió desde la cárcel hace unos días, ya contaba que había montado un taller de inglés “para el resto de los reos” y que trataría de levantar una nivelación de lenguaje y matemáticas para sus compañeros de rejas.
Según supo La Tercera, el hombre se entusiasmó y, a través de sus abogados, elevó una solicitud para ingresar una pizarra, plumones y otros materiales. Sin embargo, la tapa del juez resonó en el norte.
Resulta que el magistrado Andrés Santelices le frenó la obra social, pues primero debe contar con un informe de Gendarmería que de cuenta de las posibilidades técnicas para acceder al requerimiento.
Funcionarios de Gendamería también le bajaron los humos a Andrade. Algunos de ellos comentaron al citado medio que puede pedir muchas cosas, pero el personal debe evaluar si están las condiciones. Tampoco puede lanzarse con el curso que se le de la gana, pues también estaría regulado.
Lo allanaron
Fuentes del diario también confirmaron que efectivos de Gendarmería allanaron el pabellón donde está la celda de Daniel Andrade, la tarde de ayer jueves 4 de enero, buscando posibles elementos prohibidos.
El operativo se concretó en medio de reclamos y solicitudes de personeros de oposición que se espantaron con el comunicado aparecido en las redes sociales del exmilitante de Revolución Democrática (RD), sospechando que tendría un celular en su poder.
No le habrían creído que él entregó el escrito a un familiar y algún tercero lo publicó en sus cuentas virtuales.
Sin embargo, los gendarmes no encontraron dispositivos tecnológicos en poder de Andrade.
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