El 2014 la noche santiaguina se vistió de luto porque cerró el Bar Constitución, ubicado en la calle del mismo nombre en Providencia, y un lote de incondicionales debió llevar su hígado a otro lado.
Gracias a Baco, el dios del vino, los ruegos de las viudas del boliche fueron escuchados y Mauricio Pinilla, junto a sus socios Nicolás Pardo y Julio Cereceda, decidió reabrirlo a unas cuadras en la vecina comuna de Recoleta, en la calle Ernesto Pinto Lagarrigue.
En la reinauguración del estadio municipal de Colina, Mauri nos dijo que su idea es remover el ambiente bohemio. “Hay que diversificarse y estoy contento con mis nuevos emprendimientos, me ha ido bien, es bastante entretenido, la gente lo va a disfrutar. Es un bar con historia, tradición y ya está funcionando”. De hecho, se apareció tipín 23 horas a la inauguración, acompañado de su señora Gissella Gallardo.
Los empresarios invirtieron alrededor de 340 millones de pesos para dejar la casona que ocupa el bar como tuna, y por dentro quedó filete con grandes espacios abiertos, una terraza y tres pisos, pero parece que no les alcanzó para la fachada porque el estuco está disparejo y la pintura de las ventanas manchó todos los vidrios.
Tan cambiado y maduro estaría Pinilla, que también declaró que la idea de su negocio es fomentar el consumo responsable de alcohol y entretención.
El deseo del Rey León es preparar su camino cuando cuelgue los botines, ya que a los 32 años no le queda tanta cuerda, y con un bar propio tendrá un lugar donde remojar el güerguero el hombre antiguamente conocido como Pini-Ron.
Péndex
Al niño símbolo de la entretención nocturna, Miguel Piñera, le preguntamos qué consejo le daría a Pinilla y dijo que “restrinja la entrada para menores de 25 años, porque los pendejos consumen poco y la revuelven mucho”. Además, “El Negro” aseguró que el delantero no caerá en la tentación de tomarse el bar, porque “es inteligente”, y luego nos pidió la nueva dirección para ir a darse una vuelta. ¡Salud!