Algunos la ponen de lado y otros la instalan derechita. La coincidencia es que todos ellos son insaciables y sólo paran cuando el líquido está muy caliente... La cerveza, oh mi Dios, da para todos los gustos.
Las fiestas de la chela se multiplican en todo Chilito y ahora fue el turno de La Serena, que la recibió con la boca abierta y el cinturón suelto en el Parque Pedro de Valdivia.
Rubias, ámbar, negras y las tipo pilsen se regaron entre los contertulios, quienes aprovecharon la ocasión para analizar la universalidad del ser humano en relación directa con la teoría cuántica de Eurípides, El Pulento.
Claro que los cabros serenenses se cuidaron. Los más sabios arrendaron una van sin asientos y con guáter para poder ser trasladados a sus hogares a una hora prudente. Otros, en cambio, pasaron las llaves al amigo mamón de turno o, simplemente, lo dejaron estacionado para ver si era efectivo que en esa zona a los autos no les pasa nada.
Como sea, irresponsables, aclaro que está por salir la nueva ley antialcoholes, la que se viene dura por más que el chofer se tome sólo un vaso de chela. No diga que no le dijimos...