Una investigación reveló que la institución castrense abrió un sumario, pero apoderados y exoficiales cuestionan posibles irregularidades e inclusive favoritismos en el proceso.
Durante 2023, la Escuela Militar seleccionó a 241 cadetes de los 1.745 jóvenes que se inscribieron para iniciar su formación como oficiales del Ejército. De acuerdo a lo expresado por la propia institución castrense, un número no menor de esos seleccionados contaban con puntajes destacados en la Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Egresados de Educación Media (PAES), pero decidieron no continuar estudios tradicionales y optaron por seguir una vocación militar.
Pero pese a la selección, un problema afecta a gran parte de esos cadetes seleccionados. De acuerdo a una investigación de Radio BíoBío, el 25% de la promoción 2023-2026 enfrenta acusaciones de haber copiado en una evaluación final. Dicha falta, en el pasado, ha tenido como castigo la expulsión desde la Escuela Militar.
La detección de la situación, generada luego de que se encontrasen similitudes en las respuestas durante una evaluación del ramo de programación, dio pie a una investigación sumaria administrativa que actualmente sigue en curso.
“Una vez finalizada la investigación conforme a la normativa de la Escuela Militar, se dispondrán las medidas administrativas, según correspondan”, reveló el Ejército en comunicación con la radio.
Sin sanciones pero con muchas críticas
Como la investigación ya lleva varios meses en curso, la demora en la aplicación de sanciones para los cerca de 60 cadetes ha suscitado críticas tanto de ex altos mandos del Ejército como de apoderados de la Escuela, quienes sugieren la posibilidad de que existan irregularidades en el proceso o, de lleno, favoritismos en el proceso disciplinario.
Más aún, en una carta enviada a Javier Iturriaga del Campo, Comandante en Jefe del Ejército, los apoderados cuestionan si la falta de acción está relacionada con posibles influencias familiares o conexiones dentro de la institución. “¿Por qué no fueron expulsados?, nos preguntamos. ¿Habrá algún(s) hijos, nietos, sobrinos, etc, de oficiales generales activos o en retiro? (…) ¿Habrá habido algún llamado telefónico a la oficina del director o del asesor legal?”, dice la misiva.
Como parte de esa comunicación, los apoderados también plantean que existen problemas de violencia entre compañeros y, de paso, aprovecharon de criticar el robo de equipos informáticos, y documentación sensible, durante el uso de la Escuela Militar como sede de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos.
Ante ese escenario, y considerando la gravedad de las acusaciones de copia dentro de una institución que forma líderes militares, exfuncionarios terminan planteando que este tipo de situaciones comprometen la integridad y la capacidad de liderazgo de los cadetes. Y por ello son necesarias las sanciones.
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