Un garabato o improperio al aire nunca es bien visto, pero hay veces en que sencillamente no se puede controlar. Pegarse en el dedo meñique del pie contra la cómoda es un ejemplo clásico de uno de los dolores más grandes que puede existir, o pisar una pieza de Lego sin zapatillas.
Tomando esto en cuenta es que en la universidad inglesa de Keele hizo un estudio sobre si era mejor aguantarse el dolor o lanzar un grito acompañado de algún "recórcholis" subido de tono, y los resultados del sicólogo Richard Stephens, junto a 67 estudiantes, arrojaron que era mejor imprecar con el alma.
"La pregunta que nos realizamos fue, ¿por qué maldecir es una respuesta inaceptable frente al dolor, si esta es una respuesta al dolor tan común?", es la hipótesis central del estudio.
La investigación demostró que luego de meter la mano en agua con hielo, los que se mordían la lengua duraban mucho menos y sufrían de una mayor ansiedad y dolor.
"Además de hacer que el agua helada sea menos dolorosa, también demostramos que el maldecir causa efectos en varias partes del cuerpo: aumenta la frecuencia cardíaca, parece causar la respuesta de lucha o huida, lo que a la postre ayuda", avisó.
En todas partes se cuecen habas
Esto que despertó curiosidad en los ingleses es algo que pasa en cualquier parte del globo. Por lo mismo, la sicóloga chilena Daphne Silva apoyó este estudio.
"Es algo absolutamente normal, hasta yo lo practico cuando me pego, se me sale esa parte italiana, y es algo que no puedo controlar", asume la también modelo.
Además, la profesional recalcó que reprimir las expresiones de dolor no es una buena práctica, porque "puede llegar a causar problemas en otras partes del cuerpo. Hay muchas tendencias que explican que cuando uno reprime un dolor o una emoción, como lo puede ser la ansiedad, tiende a buscar una salida, y se manifiesta en otro lado, ya puede ser en problemas físicos o también en enfermedades, incluso cáncer, así que apoyo totalmente el no reprimirse".
Pasa hasta en la tele
Existen muchos chascarros de caídas de diferentes celebridades de nuestra farándula, pero hubo un incidente que marcó al animador Martín Cárcamo.
En el matinal "Bienvenidos" se realizó la "bici disco", con resultados cuáticos para el "rubio natural".
"Cuando reventó el vinilo y me golpeó los genitales, fue el dolor más grande que sentí en mi vida, así que entiendo totalmente este estudio", asiente el comunicador.
Y añade que "como estaba al aire, no podía gritar ningún improperio, ¡imagínate! Así que no me quedó otra que gritar fuerte cualquier cosa: '¡ayudaaa!, ¡ayúdenmeee!', y lo hacía porque necesitaba liberar algo de dolor, y además quería respirar un poco", recuerda de ese momento con voz de pito.
Eso sí, apenas Cárcamo abandonó el set, el diccionario de la RAE se le fue a las pailas. "Ahí sí que grité los garabatos más feos que se me pasaron por la mente, cuando estaba en la camilla, yo creo que los escucharon por todos lados. Es que el dolor era muy grande", cierra el compañero de Tonka, que ese día dejó chica a la Paty Cofré y sus 15 segundos.