Delincuentes Millennials: el perfil del nuevo lanza internacional

Actúan en grupos, tienen entre 18 y 30 años, se adaptan a nuevos países e incorporan nuevas metodologías.

Una noticia policial que recorrió el mundo la semana pasada nos volvió a poner colorados de vergüenza. La crónica roja mostraba a un grupo de compatriotas acusado de protagonizar una ola de robos violentos, esta vez en California, EE.UU.

En pantalla se exhibían los rostros de tres jóvenes chilenos arrestados por múltiples robos de vehículos, usando tecnología de punta para sus ilícitos, como en otros lados del mundo.

Para el subcomisario Cristian Cerda, de la Jefatura Nacional contra Robos y Focos Criminales (Jenacrof), el perfil actual del malhechor se ajusta a jóvenes entre 18 a 30 años y que van alternando entre bandas. "Podemos pensar también que sí están estudiando nuevas fronteras para actuar, y es que ya están desgastados en algunos países", agregó.

Modus operandis

Para Cerda, los lanzas internacionales primero buscan un destino con facilidad de idiomas, en el caso de Europa, España o Italia, y desde esos lugares operan.

"Debido a que hay Comunidad Europea, enfrentan el control migratorio sólo en el país al que ingresan, luego pueden moverse por los países que quieran dentro de la comunidad. Por eso cuesta tanto identificarlos, y es importante la información que damos a Europa, a través de Interpol".

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Para el detective, el delincuente internacional es más avezado. A través del contacto con otros malandras comparten metodologías y "adopta nuevas tecnologías de otros países, como bloqueo de alarmas e inhibidores de señal y lo insertan en Chile y al revés".

El grueso de los delitos cometidos por estas bandas son contra la propiedad: robo y hurto, y robo en lugar habitado. En general buscan países "más amigables" para operar, como España, Italia, Francia y Alemania. Incluso se adaptan más rápido al idioma, como en EE.UU., Australia o Inglaterra, cometiendo delitos con poca penalidad y cuando son deportados estos no tienen validez en Chile.

El botín que más buscan son especies fáciles de reducir. Relojes de alta gama, joyas, cámaras, celulares, dinero y ropa, entre otros. Usan dos vías para ingresarlo a Chile: portándolas al ingresar al país y a través de encomiendas, que no declaran.

Según la PDI, entre 2017 y 2018, hubo 328 chilenos deportados desde todo el mundo. En tanto en lo que va del 2019 van 301. La razones, además de que aumentó la cantidad, sería que hay más arrestos debido al trabajo coordinado entre la policía chilena con la de otros países e intercambio de información.

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Parte en 1973 tras el Golpe de Estado

Este tipo de delincuentes nace en el ámbito familiar. "El abuelo salió, el hijo y ahora el nieto", dice el subcomisario Cristián Cerda. Es un proceso cíclico que para el PDI se inició en el año 1973. Parte el lanza internacional, robando en la calle, relojes y joyas.

A la fecha, el subcomisario de la Jenacrof indicó que existe dos procedimientos con España y Australia: en esta última se incautó especies destinadas a Chile, avaluadas en 200 millones de pesos. En España, con participación de un grupo importante de chilenos y marroquíes, se logró incautar 80 millones de pesos.

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