Un dentista de Peñalolén descubrió que los despabiladores acordes rockeros eran mas relajantes que la mejor anestesia, por lo que decidió convertir su consulta en un Lolapallooza dental, y ahora los pacientes que pasan por su sillón se instalan la gutapercha como si estuvieran en un concierto de Black Sabbath.
El doc de dientes y docente de la Universidad San Sebastián, Mauricio Salgado, es un amante de este género musical y desde que era potrillito en los pasillos de la Facultad de Odontología de la Universidad de Concepción cachó que no había como la música para enseñar, prevenir y relajar a la gallada a la hora de hacer la revisión técnica bucal.
“Es simple, una persona que canta no puede causar desconfianza y esto es súper importante porque hay que tener en cuenta que estás trabajando en sus cuerpos, es muy invasivo”, explicó el profesional.
El doc asegura que la música es una aliada filete y los ejemplos son miles, basta recordar al profe que rapea para enseñar a los pingüinos los enredos de la Segunda Guerra Mundial o la misma iglesia que ha instruido a sus fieles a punta de canto.
El Rock del Cepillo
“Cepíllate, cepíllate... los de arriba, de arriba hacia abajo y los de abajo, de abajo hacia arriba”, así canturrea el capo de los chocleros al ritmo del rock.
“Es una canción de mi autoría y la uso fundamentalmente en campañas de salud bucal. La idea es aprovechar de meter, de una forma divertida, en la cabeza de los chicos y los adultos la importancia de cuidar los dientes tal como se cuida el resto del cuerpo”, explicó el doc.
Salgado señala que junto con sus alumnos de quinto año realizan trabajos en terreno todos los sábados en la mañana, en sectores como la Granja, La Pincoya o Lo Hermida.
Además, una vez al mes se mandan flor de evento donde el profe canta su rock ante una masiva audiencia que incluye fundamentalmente niños, pero también adultos.
“Entre las 10.30 más o menos y las 13 horas salimos a buscar los chicocos del sector que visitamos para hacerles diagnósticos y los conquistamos con la música. Esos días también hacemos atenciones de urgencia”, soltó el profesional.
Agregó que en principio la afinada de garganta tenía como objetivo las campañas, pero que poco a poco los pacientes comenzaron a pedirle el canto en la sala de atención.
“Me piden canciones de Elvis y, a veces, de otros géneros como las de Sandro o Rafael”, asegura.
El doc se aplica con todos los estilos a pedido, pues asegura no hay anestesia que se compare con un paciente relajado”.