Emilio Araneda fue condenado por sacar el celu a la mala en urinarios de varios malls de Nueva Zelanda.
Como un pájaro carpintero es tildado el chileno Emilio Araneda (23), luego de que agujereara las paredes de varios baños públicos de hombres en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelanda, para luego fotografiar con su celular las parte íntimas masculinas.
El muchacho, que lleva varios años viviendo en Oceanía, llegaba en su auto a distintos centros comerciales para luego encerrarse por horas en las "casitas". Ahí, con una herramienta picaba las paredes a la altura de la cintura para tener una mejor visual para el otro lado y tener registros visuales sin consentimiento.
Los encargados de los malls arreglaban los agujeros hechos por Araneda, pero al poco tiempo volvían a aparecer, por lo que tras revisar las cámaras de seguridad dieron con la identidad del hombre a fines del 2017. Quedó detenido por los daños estructurales y por depravado.
Durante la investigación se encontró una carpeta en su teléfono móvil con el nombre de "Spy Toilet", en la que habían más de 101 fotos y videos íntimos de distintos hombres, por lo que fue condenado a 6 meses de arresto domiciliario y 200 horas de trabajo comunitario.
Deportación
Sin embargo, la justicia de Nueva Zelanda quiere ir más allá, por lo que decretó la deportación de Araneda Aránguiz hacía Chile. El joven no quedó contento con esta medida por lo que apeló en la Corte Suprema del país isleño.
"Mi defendido ya realizó las 200 horas de trabajo voluntario mientras estaba en prisión preventiva y desea continuar haciendo eso como su trabajo comunitario. Él es una mejor persona que cuando ocurrió el delito. Ha estado asistiendo a una organización de apoyo a migrantes. Deseaba disculparse con todas las víctimas, pero ninguno de sus nombres es conocido", contó la abogada defensora Natalie Wham.
Ahora todo está en manos del Tribunal Supremo, que en los próximos días señalará si expulsa o no al chileno.