Un llamado anónimo a la PDI alertó la tarde del viernes que en el sector Los Lagos 3 de Cerro Navia, a la altura del 8800 de la Costanera Sur, habían aparecido los restos descuartizados de una persona.
Los detectives rajaron al lugar y en un basural dieron con el cráneo y el cuerpo -del ombligo hacia abajo- de un hombre, en cuya data de muerte trabajan expertos del Servicio Médico Legal. Además, en el mismo organismo deberán determinar su identidad usando registros dentales o el ADN del finado, porque aún no hay manos de donde sacar huellas dactilares.
Un vecino en bicicleta, que se identificó como “El Flaco” nos contó que vio al muerto y que pensaba que no era un indigente del sector porque lo único que tenía puesto eran unos bototos de “buena calidad”. Además, informó que el cuerpo había sido calcinado y que los perros vagos desmembraron aún más el cadáver.
“El Flaco” también dijo que al occiso, que según él no medía más de un metro sesenta, lo debían haber quemado en otro lugar porque no cachó fogatas en los últimos días. Según sus cálculos, el cuerpo no estuvo más de algunas horas en la berma del camino, ya que “a cada rato pasan personas buscando cachureos para vender y lo habrían encontrado en poco tiempo”, explicó.
A su lado, una mujer de mediana edad que prefirió identificarse como “La Flaca” (a pesar de su contextura sanita), nos contó que no es el primer muerto que veía en el sector, sino que en los 13 años que lleva en la población se había topado con cuatro personas fallecidas de forma violenta.
Primero, recordó a un amigo de ellos conocido como “El Lechuga”, a quien encontraron colgado de un arbolito de no más de dos metros con magulladuras por todo el cuerpo. Ella piensa que lo mataron e hicieron pasar su asesinato por un suicidio.
Luego “La Flaca” nos contó que halló el cuerpo de una mujer en la ribera del cercano río Mapocho “con la blusa arriba y unas zapatillas de caña alta, y yo la saqué del agua”.
Agregó que hace unos años mientras sacaba nueces de una parcela encontró el cadáver de otra mujer a 150 metros del descuartizado del viernes, y según “La Flaca”, la difunta estaba con un vestido de novia.
El penúltimo caso que la mujer presenció lo protagonizó un hombre de mediana edad, cuyo cuerpo encontró calcinado y con alambres en las muñecas.
Por eso mismo la mujer no se sorprendió cuando vio llegar a los detectives a inspeccionar el sitio del suceso, convirtiéndose en testigo de su trabajo por quinta vez.
Ella cree que el último difunto no era de ahí porque nadie ha reclamado a algún vecino, ni siquiera un grupo de angustiados que vive bajo un puente en la periferia de Santiago, donde el paisaje es una mezcla de campo y basural.