Detectan contagioso hongo por primera vez en Chile: afecta a gatos y se transmite a personas

El hongo afecta a gatos, pero también a perros y personas.
El hongo afecta a gatos, pero también a perros y personas.

Es una especie fungi que se ha expandido por Sudamérica desde los 90′. Genera síntomas que se agravan si no hay tratamiento.

Por primera vez en Chile, se registró la presencia del hongo Sporothrix brasiliensis tras analizar la toma de muestras hechas a gatos domésticos que viven en la Región de Magallanes.

El hallazgo arrancó a fines del 2022, cuando Pamela Thompson, directora del Laboratorio de Microbiología Clínica y Microbioma (MCM) de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello (UNAB), identificó a este patógeno por medio de estudios moleculares.

Los registros eran de felinos atendidos en la clínica veterinaria Timaukel, en Punta Arenas. Eran michis que tenía lesiones en la piel, ulcerosas y sanguinolentas, ubicadas en su mayoría en su rostro y cuerpo.

“Dada la necesidad de identificar la especie involucrada, las muestras fueron derivadas y procesadas en nuestro laboratorio”, asegura la investigadora respecto a la identificación de este riesgoso hongo, de fácil transmisión entre personas y animales.

Hasta el momento, se han confirmado once casos, diez gatos y uno en perro. Eso sí, también hay quince animales con sospecha de tener el hongo, individuos provenientes tanto de tierras magallánicas como de la Región Metropolitana. Los análisis están en proceso.

Este ser fungi genera esporotricosis, infección que que afecta a la piel y en ocasiones, especialmente en personas o animales inmunosuprimidos, puede incluso manifestarse como una enfermedad osteoarticular, conjuntival respiratoria o neurológica.

La veterinaria advierte que en pacientes gatunos que no se trata los síntomas empeoran: “Las lesiones se extienden por todo el cuerpo, pueden destruir el tabique nasal, afectar el sistema respiratorio y los nódulos linfáticos”, detalla. “Los felinos pierden peso en forma acentuada, se decaen, pudiendo incluso morir”.

En las personas, produce afecciones similares, al punto de llegar al sistema linfático y atacar ojos, nariz y pulmones.

Ya sea cualquiera de los casos, los infectados son tratados con medicamentos antimicóticos, a través de una terapia que debe extenderse por al menos cuatro meses, y generalmente da buenos resultados.

Origen y prevención

S. brasiliensis era prácticamente desconocido en la década de los 90, hasta que se empezaron a reportar los primeros casos en Río de Janeiro, Brasil. Con los años, se ha expandido otros países sudamericanos como Uruguay y Argentina. Suele habitar en suelos y materia orgánica para, desde ahí, entrar a la piel a través de cortes, raspaduras o pinchazos. Por eso, al menos en personas, las manos y los brazos suelen ser las partes más afectadas.

En tanto, los gatos suelen almacenar a este hongo en sus garras, por lo que puede transmitirlo por medio de rasguños. También, asegura Thompson, pueden llegar a contagiarlo a través de mordidas, estornudos, y secreciones nasales y oculares, a diferencia de otras especies del género Sporothrix.

“La mayor incidencia de esta enfermedad ocurre en felinos machos no castrados con libre acceso al exterior y, por lo general, su hábito de arañar la vegetación facilita la dispersión del hongo en el ambiente”, explica el veterinaria.

Por eso, para ella, apunta “a la tenencia responsable de mascotas”. Además, aconseja a La Cuarta: “Si sospechamos de una lesión, acudir inmediatamente al médico veterinario, evitar el contacto directo con felinos infectados, especialmente con sus heridas, y utilizar guantes y mascarilla al limpiar el arenero”. Y por último, remarca, “esterilizar a los gatos a temprana edad y mantenerlos con una conducta dentro de casa”.

La especialista advierte que, en Chile, “el personal médico debe estar preparado para reconocer y tratar las infecciones causadas por este hongo, ya que la experiencia en Brasil muestra que, una vez que se establece en una zona geográfica, este agente puede propagarse ampliamente”.

En cuando a políticas de salud pública, aconsejo que lo principal “es informar y educar a la población acerca de este tema” y “en ningún caso entrar en pánico”, precisa. A ser un hongo que se encuentra en el ambiente y en animales cercanos a las personas, “la educación de la población es un pilar esencial, así como la activa participación de los organismos públicos correspondientes”, remarca.

Eso sí, advierte que, hasta el momento, sólo el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos “está colaborando”.

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