A las 5.00 de la madrugada del sábado siete viviendas fueron allanadas por la dirección de inteligencia policial de Carabineros que buscaba a los responsables que destrozaron a la figura de Jesús crucificado del siglo XIX de la iglesia de la Gratitud Nacional, en el marco de una marcha estudiantil del 9 de junio pasado.
El lote de revoltosos estaba compuesto por cuatro menores y tres adultos. Los primeros quedaron con prohibición de acercarse al templo de calle Ricardo Cummings y participar de marchas, mientras que los mayores de edad estarán con arresto domiciliario mientras dure la investigación.
Al grupo de los llamados “angelitos de Dios” se sumó ayer, a las 11.58, otro menor identificado con las iniciales F.A.A.C., quien fue capturado en el aeropuerto Pudahuel cuando volvía junto a familiares de unas vacaciones en República Dominicana, para ser más precisos el jovencito estaba guata al sol en el balneario de Punta Cana.
El abogado de la Fiscalía Centro Norte, Marcelo Cabrera, acusará hoy en la matina al quinceañero de haber ingresado a la mala a la iglesia y una vez dentro haber participado del saqueo, en donde algunos manifestantes robaron ropa, que los religiosos a cargo del templo habían recolectado para que algunos indigentes pasaran menos frío durante el invierno.
El estudiante será formalizado ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago por hurto, pero como no es adulto, y de acuerdo a la suerte que corrieron en la anterior formalización los otros menores detenidos en el caso, no debería perder su libertad.
De todos modos, el lolo no sería el último detenido por los desmanes ocurridos en medio de la marcha, porque el fiscal Cabrera informó que otras 23 personas estarían vinculadas a las mansacas que ocurrieron aquel día.
Ante los avances de la investigación, el general Ricardo Solar, jefe de Zona Metropolitana, manifestó que “le sacamos la capucha a los delincuentes... Las vestimentas, las pañoletas y las capuchas en sus domicilios los sitúan con las imágenes que todo Chile vio el 9 de junio”.
