Podremos tener al rey del guatazo, pero en los clavados teníamos una deuda pendiente hasta ayer, en que Diego Carquín saldó la cuenta histórica.
En la piscina olímpica del Estadio Nacional, el pirigüín de 17 glup glup se mandó 10 saltos de ensueño, con los que no sólo le vendió pan a acuamanes de Colombia y Venezuela, sino que logró una histórica clasificación a los Panamericanos de Guadalajara.
"Por primera vez tenía barra en las graderías y me dije que iba a aprovechar el estímulo de ser local sí o sí. Esto es un premio al esfuerzo de días en que entrenábamos 10 horas diarias", dijo el Diego, que vive en el Centro de Alto Rendimiento.
La hazaña coronó una tarde acuática redonda, luego que la Kristel Köbrich lograra la medalla de bronce en los 800 metros libretas del Nacional de Natación de España, y olé.
