El exceso de peso puede ser una gran complicación para quienes busquen un embarazo. Las complicaciones obstétricas pueden ser dos a tres veces superiores en mujeres obesas, como por ejemplo diabetes gestacional y presión alta durante el embarazo. Además, el riesgo de aborto y muerte fetal se encuentra aumentado en relación a embarazadas con peso normal.
Asimismo, para aquellas que tengan bajo peso, el panorama tampoco es positivo: puede tener menores tasas de éxito tras métodos de Reproducción Asistida y se ha asociado a complicaciones obstétricas como parto prematuro y bajo peso al nacer del recién nacido.
"Lo ideal para comenzar un tratamiento de Reproducción Asistida es estar normopeso, lo que quiere decir, un índice de masa corporal entre 18,5 y 24,9 kg/m2. Este índice se puede calcular fácilmente dividiendo el peso por la talla al cuadrado", explica la doctora Rose Marie Meier, especialista en Reproducción Asistida en IVI Santiago.
"Lo ideal para bajar de peso es hacer ejercicio y seguir una dieta equilibrada y prolongada en el tiempo para que los resultados sean efectivos, duraderos y saludables para nuestro organismo", agrega.
"Han aparecido dietas "milagrosas" que son practicadas sobre todo durante el periodo estival. El problema de este tipo de dietas es que la mayoría no cuenta con un respaldo científico por el cual funcionen y muchas de éstas no son equilibradas en cuanto a los nutrientes aportados", puntualiza.
El ABC de las vitaminas
En esta línea, se recomienda seguir una dieta variada compuesta por:
Vitamina A: la falta de ésta desarrollaría la degeneración y la caída del número de espermatozoides. La mejor manera de ingerirla es consumir alimentos con su precursor, Caroteno.
Vitamina B: su deficiencia podría conducir a un exceso de estrógeno, lo que dificulta la fertilidad.
Vitamina C: mejoraría la inmunidad, la calidad del semen y es importante para la salud ovocitaria de la mujer, lo que ayuda a reducir el riesgo de infertilidad en ambos sexos. Las frutas cítricas son ricas en antioxidantes por lo que podrían disminuir el impacto de las hormonas producidas por el estrés, lo que puede dificultar la erección en el varón.
Vitamina D: Esta vitamina que conseguimos a través de la exposición al sol (con moderación) mejoraría la acción de la secreción de insulina, la ovulación y ayudaría a aumentar la probabilidad de embarazo después de la Fecundación In Vitro.
Semillas y frutos secos: contienen grasas saludables y nutrientes como el zinc, selenio y la vitamina E que podrían ser importantes en la producción de hormonas sexuales y espermatozoides.
Fibra: retarda la absorción de azúcares en el intestino, impidiendo un gran aumento de la insulina después de una comida. La recomendación es de unos 25 gramos por día.