Víctima del alcoholismo falleció, el 27 de septiembre 2008, Miguel Ángel Poblete, convertido en Karol Romanoff, el joven que "veía" a la Virgen como parte de un cinematográfico montaje de la CNI.
Hace justo 10 años murió completamente alcoholizada, a los 42 años, Karol Romanoff, la mujer transgénero que nació con el nombre de Miguel Ángel Poblete, el joven que supuestamente veía a la Virgen María en los cerros de Villa Alemana y que logró convocar hasta a 100 mil personas en cada "aparición" durante los años más violentos de la dictadura.
La Cuarta fue al funeral en el Cementerio General y percibió que aún tenía seguidores. Asistieron unas cien personas, en su mayoría ancianas de velo y uniformadas con trajecitos púrpuras pertenecientes a los Apóstoles de los Últimos Tiempos, que a pensar de las evidencias seguían creyendo en el mensaje divino que transmitió el vidente.
De niño Miguel Ángel tenía antecedentes siquiátricos, consumía drogas y justamente en 1983, aspirando neoprén en el sector de Peñablanca, le dijo a los muchachos con que compartía que había visto a la madre de Jesús, y que ella le había hablado.
La historia se divulgó y la Iglesia Católica ordenó una investigación que fue dirigida por el sacerdote Jaime Fernández Montero, de la diócesis de Valparaíso, quien determinó que el niño abandonado por sus padres, criado en hogares de menores, fue usado por la CNI para distraer la atención de la opinión pública, mientras comenzaban las protestas contra Pinochet.
El cura falleció el año pasado, pero declaró varias veces que "fue una orden de Pinochet para acallar a los obispos que habían comenzado a reclamar por los atentados contra de los DDHH, como torturas y desapariciones. El gobierno armó todo".
El religioso organizó un grupo llamado "Comisión Investigadora de las Apariciones que descubrió el fraude. "Miguel Ángel tenía megalomanía histriónica, una compulsión a actuar y fue elegido con cuidado. Los hermanos que lo tuvieron en un orfanato me dijeron que desde chiquitito había estado siempre actuando; un año fue la Mujer Maravilla, otro fue Tarzán, siempre estaba personificando a alguien", dijo hace unos años.
A pesar de la nula formación católica, Miguel Ángel realizaba algunas predicas en donde demostraba conocimiento teológico, y Fernández descubrió que lo llevaban donde un religioso en Santiago a estudiar el guión que debía representar.
El investigador también contó que en las puestas en escena que hacía el joven, y para simular la sangre que brotaba de su cabeza, se reventaba bolsitas con colorante y que pillaron a militares quemando pasto mojado para generar distorsiones en el cielo.
Diferente era la opinión del dermatólogo Alan Rojas, quien declaró en 1988 como inexplicable el origen de la sangre que brotaba de su cabeza y contó que una vez "los que miramos al sol empezamos a ver que comenzaba a girar y se acercaba y se alejaba".
El fotógrafo del diario La Cuarta, Ariel Morales, fue dos veces a las "apariciones" y recordó que "de tanto mirar al cielo la vista se distorsionaba por el sol y era posible ver cosas aparentemente extrañas por eso. La gente se lo creía".
El caso para la Iglesia estaba resulto. El cura Fernández explicó que el nuncio apostólico Angelo Sodano sí le permitió informar que todo era una fraude, pero no lo dejó identificar a los autores de la farsa.
Montaje
Similar es el recuerdo que tiene el experto en sectas y entonces abogado de la Vicaría de la Solidaridad, Humberto Lagos, que fue contactado por la Iglesia para participar de la investigación del caso.
"Fue una manipulación de los organismo de seguridad del régimen militar, hubo un proceso de manipulación de un muchacho que tenía problemas de orden sicológico. Para el general Pinochet era re interesante tener la aparición de la Virgen en un periodo en que él estaba gobernando en donde había violaciones a los DDHH que eran un hecho público".
"En la investigación de la iglesia se demostró que todo era un problema de manipulación. Incluso se probó que hasta hubo manejo de gases especiales por parte de los servicios de seguridad para provocar estas visiones un poco raras en el cielo, en las nubes", dijo.
"Había que buscar un elemento distractor que fue muy efectivo, más aún cuando había algunos curas que de manera ignorante estaban respaldando la veracidad de las visiones de Miguel Ángel", agregó.
- ¿Por qué la gente le creía?
Por las condiciones sociales que se vivían en ese momento. Sociológicamente fue un fenómeno que atrae la atención de personas que están en situación compleja desde el punto de vista de sus vidas personales, emocionales. El tema de creer en algo de orden trascendente. Todo eso está dentro de los ámbitos que le otorgaron, entre comillas, cierta credibilidad a las visiones.
- ¿Qué le parece cómo terminó Miguel Ángel?
Es la consecuencia en un muchacho que estaba completamente desestabilizado, que fue utilizado, que se sintió el centro de la atención de multitudes y de repente todo eso se rompe.