Mientras todos celebraban con chayas y serpentinas el cumple de Chile, el ingeniero comercial e inventor Ignacio Espoz pasó el "18" más angustioso de su existencia.
El compadre, que se gana los porotos en la empresa Latin Green, en sus ratos libres regalonea de lo lindo a sus cachupines rescatados y a una coqueta gatita en su palacete de Huechuraba.
Fue precisamente la minina, "Alejandra", de un año, la que convirtió en un calvario el fin de semana de Espoz, quien aún no cacha si la incipiente primavera hizo efecto en las hormonas de su regalona o simplemente quería pasear.
SUSTO
La felina salió a vagabundear el miércoles 16, pero su aventura se fue a las pailas cuando unos perros vecinos le echaron la foca. Asustada, sólo atinó a trepar al árbol más cercano para salvar el pellejo.
Pero una vez que el peligro se esfumó la "Ale" no tuvo cómo bajar, ya que estaba a más de 20 metros de altura.
Ignacio sintió los maullidos de su gatita y de inmediato fue a ver lo que le sucedía. Casi se cayó de espaldas cuando vio un bultito peludo en la copa de un ciprés.
Desde ese día gastó los dedos llamando a Bomberos, la Protectora, Carabineros y hasta el GOPE. Sin embargo, ninguno le brindó ayuda y el ingeniero empezó a perder las esperanzas de rescatar a su gatúbela con vida.
Sólo ayer, Seguridad Ciudadana de Huechuraba prestó oreja al dramón del inventor y sus funcionarios, aperados con una escalera, salvaron a la gatita de una muerte por hambre, frío o sed.
"Se pasaron, su buena voluntad es impagable. Salvaron la vida de mi mascota, a la que considero como una hija", contó emocionado Espoz.