Hasta las tortugas se le están escapando por estos días a Gendarmería. La semana pasada un reo, que le hacía a los mandados, se escapó de la cárcel de Rancagua y ahora en Colina II un vivaceta arrancó fondeado en un sillón.
La tallita, que no hace reír a nadie, se produjo el pasado viernes 21 de marzo cuando nadie advirtió que el mueble, que fue fabricado en el penal y que fue sacado de éste, en su interior tenía a Alexis Rivera Otarola.
Cerca de las 15:00 horas los funcionarios de Gendarmería se dieron cuenta que los habían hecho huevo de pato y se apresuraron a contar a cada uno de los perlas que pasa sus días y noches en ese recinto.
Fue entonces cuando la alta dirección de la institución resolvió mantenerse piola para que el cuento no se filtrara a la prensa, pero todo se sabe en la vida y el incidente fue confirmado desde el interior del penal, según publica Emol.
Ya parece cuento
Las medidas de seguridad le están pasando una mala jugada a Gendarmería de Chile, pues a los dos casos antes descritos se suma la huida desde el Juzgado de Garantía de Colina, de Luis Jerez Saavedra.
El año pasado se registró otra insólita situación para un institución que debiera ser ícono de las medidas de seguridad, una asistente social fue atacada por un reo al interior de un penal, mientras desarrollaba labores profesionales.
¿Lo peor? No era la primera vez que ocurría.