Esta noche el estelar de comidas de Chilevisión cumple su primer centenar de episodios en pantalla y lo hace con un número no despreciable de anécdotas e invitados que dejaron sabrosas historias.
Esta noche "La Divina Comida" celebrará sus 100 capítulos al aire en Chilevisión con cuatro expertos cocineros en sus mesas (Connie Achurra, Nacho Román, Paula Larenas y Felipe "Dr. Pichangas" Gálvez), toda una marca para la tevé criolla, pero algo ya habitual en la programación de la estación de Turner que, con Pasapalabra y sus dos años de transmisiones continuadas, tiene en el estelar de cocina para famosos un maratón centenario de anécdotas e historias que largó por allá a mediados de 2016.
En cada capítulo la premisa, más allá de ser el mejor anfitrión de la jornada, cosa que algunos lograron con honor al sumar puntaje perfecto y otros dejaron bastante al debe, era mostrar a los famosos en una faceta más cercana a la gente. Y en ese ejercicio más de algún chascarro se pudo apreciar en pantalla. Varios de ellos inolvidables, como la llegada de Carabineros a la casa de Pablo Zalaquett ante la queja de un vecino del ex alcalde de Santiago por provocar ruidos molestos o el porrazo doble que Karen Doggenweiler y Julián Elfenbein se dieron en la emisión de un capítulo en 2018.
Sin embargo, el que más dio que hablar y vez que se emite suma una alta audiencia es el que tuvo entre sus comensales a José Miguel Viñuela, Denise Rosenthal, Pamela Díaz y Sergio Freire. Un desopilante episodio donde Viñuela se quedó dormido en la cena de Rosenthal y la misma cantante debió improvisar su comida al quedarse sin gas en medio de la preparación.
Esta temporada, la quinta del exitoso espacio, no estuvo ajena a los chascarros gracias al gato de Yamna Lobos (Olivio), un experto probador de los platos marinos que cocinó su dueña en un capítulo donde tuvo de invitados a Carla Zunino, Jorge Garcés y Pipo Gormaz; o el perro de Steffy Méndez, que se comió parte de la masa del plato principal que la influencer cocinó para Eliseo Salazar, Tamara Acosta y Arturo Guerrero.
Una inagotable fuente de anécdotas que en la estación de Turner esperan repetir por 100 veces más.