"DJ Tata" pincha vinilos y maduritas en los malones

Durante su juventud este hombre era el más colérico de los malones. Con sus vinilos de The Beatles dejaba locas a las lolas y hacía bailar hasta a los cinturita de yeso. Luego se alejó de las pistas y 25 años después volvió con tutti a la escena nocturna.

Desde que retomó su antiguo trabajo de Dejota que Alejandro Manzur (51) se convirtió en el más pop de sus amigos. “Los fines de semana me llaman siempre los amigotes”, dice.

De a poco ha ido recuperando sus años mozos de punchi punchi. “Este era mi hobby y me llamaban para todo tipo de eventos, incluso para matrimonios. Después me metí tanto en la pega, soy ingeniero civil industrial, y estaba tan apretado de plata que vendí los tres mil vinilos que logré juntar”, dice apenado.

Tuvieron que pasar 25 años para que Alejandro se pegara el alcachofazo y se decidiera a reiniciar su gusto por el dancing.

Descubrió que en DJ School hacían cursos de pinchadiscos y sin pensarlo dos veces se matriculó en el in-tensivo. "Las clases son es-pectaculares. Ahora todo es a través del computador, no como antes. Tuve que ponerme al día con los efectos, compré unos equipos para CD's y una consola. Estoy poniendo música de los nuevos tiempos".

En marzo entró a clases, donde se destacó por ser el más madurito de la sala. “Éramos como quince personas y todos mis compañeros eran más jóvenes que yo. Enganché rápido con ellos, no me costó integrarme al grupo, pero igual era curioso que tuvieran la misma edad que mis hijas”.

Asume que no le costó mucho aprender las nuevas tecnologías porque ahora puede cuadrar cualquier melodía y es casi imposible que ocurran pifias. “Una vez Eduardo Ravani y Fer-nando Alarcón hicieron una fiesta en una discotheque. Era la primera vez que yo ponía música mezclada con videoclips. Me fui un rato a conversar con Alarcón y no me di cuenta de que se había pegado el casete. Recién me percaté cuando vi aleteando a las bailarinas del lugar y la gente me miraba raro”.

Según él, ha sido testigo del cambio que sufrieron las fiestocas en Chilito. Pasaron de ser malones piolitas a megaeventos. “Hay algunas donde llegan a juntar dos mil asistentes y los hacen ir con ropa blanca. Hoy las fiestas cuentan con avances técnicos y son para cabros, pero pa’ la gente de nuestra edad no encuentras nada acorde, y eso que todos somos bien danzarines”.

Este es precisamente el nicho que pretende aguachar. Se dedicará a hacer mover el esqueleto de todo aquel que tenga más de cincuenta peritas. “He hecho cosas entretenidas porque ya sé lo que le gusta a la gente de mi edad. Por el momento estoy de DJ en fiestas privadas, de amigos, pero mi deseo es hacer una productora de eventos. La idea es volver a montar la pyme que tuve en su tiempo porque creo que existe esta necesidad en el mercado”.

"MUCHAS SUCUMBIERON"

Ser pinchadiscos también tiene sus regalías y Alejandro lo sabe muy bien. Con este oficio pudo hacerse el lindo y pasaron colados sus joteos. "Muchas sucumbieron. De hecho, así conocí a mi señora. Estaba de DJ en una fiesta cuando la vi pasar y quedé flechado de ella. Averigüé su nombre, con quiénes se juntaba y le saqué información a sus cercanos".

- ¿Qué dice su familia sobre su nuevo oficio?

- Están felices porque toda la vida me han visto ligado a la música y saben que es mi pasión. Además tengo una hija cantante, aunque yo no la motivé.

- ¿Cuál es la música que más pide la gente?

- Se prenden con la música de los setenta, ochenta y un poco de la actual. Una mezcla entre onda disco como KC and the Sunshine Band, Phil Collins y The Beatles.

COMPARTIR NOTA