Luego que la noche del domingo pasado diez regiones de Chilito se fueron a negro a 23 días de ocurrido el megaterremoto, los compatriotas agarraron el toro por las astas para que la próxima emergencia no los pille en ascuas.
El diario pop fue testigo de las frenéticas compras de la barra para aperarse de un cuantoay para los momentos de bajón eléctrico. En eso pillamos en Casa Royal a un delgado tatita de pelo cano muy concentrado en una linterna de características específicas. Se trataba de Rolando Poblete, comerciante jubilado de 74 años, que necesitaba algo pequeño, práctico, seguro, duradero y altamente luminoso.
"Un artefacto poderoso, que pudiera salvarle la vida en caso de emergencia", dijo, entero asegurado.
- Esa onda don Rolando.
- Sí pues, la linterna es necesaria, pero no lo único, tiene que ir con un pitito para que te escuchen.
- ¿Cómo así?
- Claro, usted sabe que en Conce habían detenido el rescate en el edificio que se cayó cuando todavía quedaba un ñatito adentro, imagine si hubiese podido dar señales de vida a tiempo con una linternita o un pito.
- ¿Cómo se le ocurrió tan buena idea?
- Es que yo vivo en el primer piso de un edificio antiguo y no te imaginas cómo se movió, pasé todo el terremoto sentado en mi cama, ni me moví.
- ¿Por qué estaba tan resignado?
- En ese momento no atiné a nada; después pensé que un muro pudo terminar encima mío, y si quedaba con vida, cómo avisaba que estaba ahí.
- ¿Ha difundido la idea entre sus amigos y familiares?
- Claro, al principio se rieron, pero después de pensarlo un poco me encontraron la razón y ahora todos tienen una linterna de bolsillo y un pito.
- ¿De qué pito hablamos?
- Mire, cuando vimos que varias personas quedaron atrapadas y los rescates tan difíciles, pensé cómo facilitar la tarea desde el otro lado...
- Y apareció la idea...
- Claro, hacer ruido es la cosa, partí a buscar un pito de árbitro que sonara fuerte sin esfuerzo, porque si te cae un escombro y sigues con vida no te queda fuerza para soplar mucho.
LA PREVENCIÓN ANTE TODO ES SU GRITO DE BATALLA
El ingenioso don Rolando encontró la linterna que buscaba. Con dos funciones; para dirigir luz, y para iluminar espacios amplios, como un pequeño tubo fluorescente. Junto a un pequeño pito de àárbitro los guarda sagrada y cuidadosamente en su banano pegado al cinto para que lo salven en caso de quedar bajo derrumbes post terremoto.