Dicen que el amor es más fuerte, que es capaz de cruzar los mares y derribar todo tipo de barreras, incluso si se trata de renunciar a la presidencia de un partido político. Una escena digna de un final de teleserie vivieron ayer Carolina Tohá y Fulvio Rossi, los esposos más top y románticos de la política, quienes esta semana se convirtieron en la versión moderna de Romeo y Julieta de la Concertación.
Ella del PPD y él del PS. El romance entre los tortolitos nació el 2004 en los pasillos del Congreso. El pololeo no fue nada de fácil, porque entre tantas sesiones, discusiones de proyectos y uno que otro coscacho verbal, Tohá volvió loquito al doctor de ojos celestes, considerado en ese entonces el metrosexual del Parlamento.
Luego vino el casorio. Claro que Tohá le mostró altiro quién manda. En octubre del 2007 la ex vocera de Gobierno "le tiró los platos por la cabeza" a su marido porque no la siguió en su cruzada de apoyar al ex presidente Ricardo Lagos, luego que la UDI pidiera una sesión especial para analizar la gestión de Don Ricky. Rossi, como un niño chico, se tapó los oídos mientras Tohá le reclamaba la decisión. La imagen recorrió todo Chile.
Y cuando se pensaba que el matrimonio iba como miel sobre hojuelas, una vez más la cochina política metió la cola. Resulta que ahora la mocha entre la pareja se armó porque Carolita se bajó de la carrera por dirigir el PPD después que su marido porfiara por ser reelecto como capi del PS y generara un supuesto conflicto de intereses en la Concertación. Claro que Tohá tomó la decisión sin siquiera contarle a su marido. A Rossi se le apretó el cucharón cuando se enteró de los pasos de su señora por la prensa.
"Me hubiese gustado también escuchar una declaración de Carolina, porque no resulta razonable para nadie que todos sus cercanos, todos sus amigos, sean los que me han estado disparando y culpando", lagrimeó. Rossi dijo ayer que finalmente optó por su cuore. "Mi vida personal y afectiva es más importante que la política", dijo tras renunciar a su carrera por el PS. "No quiero que nadie más se llene la boca con mi nombre y mi prestigio", agregó.
Eso sí, en su adiós, el ex metrosexual le dio con todo a "grupos despiadados" del PPD, porque "no dudaron en interferir con nuestro matrimonio para cumplir sus objetivos".