Chile llora por la drámatica partida del pequeño Dylan

Dylan Obregón Pastrán le pidió unas monedas a sus papás y, junto a cinco amigos de la población El Castillo, de La Pintana, subió a las 22.30 a una micro de la empresa STP, del recorrido F-06, para ir a comprar regalitos a una cercana feria navideña.

El niño de ocho años era el segundo de cuatro hermanos y como estaba de vacaciones tenía permiso para estar hasta más tarde en la calle, pero el infortunio se cruzó con el grupo de chiquillos que no superaban los 12 años. Dylan sacó la peor parte.

En la micro iban alrededor de diez personas y dos de ellas, de alrededor 18 años, comenzaron a discutir en la parte trasera con insultos que se convirtieron en una bomba de tiempo cuando uno, que vestía una camiseta de Colo Colo, sacó un arma de fuego y amenazó a su rival.

Los pasajeros se aterraron y consiguieron que el pistolero descendiera de la máquina amarilla por la puerta delantera, pero el desalmado no se había dado por vencido y desde la calzada realizó un solo disparo que entró por una ventana del lado derecho del vehículo e impacto el rostro de Dylan.

El chofer, Luis Pallamil, recordó que no se percató de los detalles de la pelea porque su asiento está adelante protegido por una plancha de plástico que evita agresiones. "Cuando vi al niño herido cerré las puertas y me vine a toda velocidad al SAPU (Santiago de la Nueva Extremadura) porque sabía que estaba cerca", dijo.

Dada la gravedad de la herida, Dylan fue derivado a la sección infantil del Hospital Sótero del Río, donde el equipo médico se limitó a constatar su muerte cerebral porque el balazo, sin salida de proyectil, causó un daño irreparable. Finalmente su corazón dejaría de latir pasadas las 10.00.

La tía del niño, Estrella Pastrán, acompañó su agonía y dijo antes de su muerte que "pensábamos en un milagro pero la bala le traspasó el cerebro de un lado a otro y no salió, quedó en su cabecita. Estamos esperando que se apague su vida porque los médicos hicieron todo lo posible".

"Donde vivimos estamos con el alma en un hilo cuando hay balaceras y entramos a las casas, pero (el incidente) fue en la locomoción colectiva y le tocó a mi sobrino; le pudo haber tocado a cualquiera. Me gustaría hacer justicia por nuestras manos, porque sabemos que la justicia no existe. Vemos como el pan de cada día peleas y balaceras y mucha gente se queda callada por temor a represalias. En este momento nos tocó a nosotros", agregó la tía.

El subcomisario de la BH, Marcelo Sánchez, informó que las cámaras de seguridad de la micro no funcionaban y que van a periciar los registros de otras cámaras ubicadas en medio del recorrido del vehículo del Transantiago.

Balas locas cobran la vida de inocentes en todo el país

A pesar que la causa de muerte de Dylan no fue una bala loca, el proyectil aparentemente no iba dirigido al niño y ese no es el primer caso del año.

El 20 de noviembre Juan Oñate falleció, en la comuna de El Bosque, tras recibir un impacto en el tórax proveniente de una balacera que se originó por una discusión entre dos pandillas.

En octubre, en Quillota, otra bala loca le quitó la vida a Hilda Redondo, una madre de 27 años de la población El Esfuerzo, que se encontraba durmiendo en su casa.

También en octubre una bala loca hirió de gravedad a un niño de tres años, en Limache. Recibió el impacto en la cabeza y sobrevivió. Estos son sólo tres casos de los últimos meses, así que el asunto es preocupante.

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niños, de entre ocho y doce años, acompañaron a Dylan a comprar juguetes a una feria navideña de la Pintana ubicada a pocas cuadras de sus casas, aún así los menores fueron en micro y vivieron la tragedia.

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