Las Condes está en una campaña por cielo, mar y tierra con el objetivo de encontrar a quienes incumplen las normativas en la comuna, y en ese sentido, la última de las novedades fue incorporar drones con cámaras térmicas para localizar los hogares donde se están utilizando chimeneas.
La idea es hacer cumplir la normativa que prohibe encender este tipo de artefactos por los altos niveles de contaminación que hay en la capital.
Y es precisamente Las Condes donde más se utiliza, de manera ilegal por cierto, este tipo de calefacción, por lo que los drones son el complemento ideal para fiscalizar desde el aire.
Tolerancia cero
El alcalde de la comuna, Joaquín Lavín, explicó que ya se tiene al primer infraccionado y recalcó que tendrán "tolerancia cero" con quienes contaminen el aire.
"Vamos a fiscalizar que nadie tenga encendidas las chimeneas en etapas de emergencia y preemergencia (...) Tenemos que ser responsables, ya que nuestro humo afecta la calidad del aire en otras comunas como Cerro Navia", señaló el edil.
Además, pidió a los vecinos denunciar si ven chimeneas prendidas porque "iremos a fiscalizar con Seguridad Ciudadana y con drones que tienen cámaras que notan si hay calor".
"Con el drone la fiscalización aumentó mucho más, se puede vigilar un área extensa en menos tiempo, y será en las horas donde más se ocupan como cuando la gente llega de sus trabajos o en las mañanas", indicó.
Cabe destacar que la ordenanza sanciona con una multa de 5 UTM (casi 250 mil pesos) a quienes prendan sus estufas.
Otros usos: Búsqueda de personas y combate a la delincuencia
Nelson Lagos, encargado de la brigada de drones en Las Condes, explica que actualmente están trabajando con 4 de estos equipos, los que se rigen por la norma que entrega la DGAC.
"En un principio empezamos con el tema de la cámara con zoom en el drone, que hasta el día de hoy ha dado buenos resultados en cuanto a la detección de delincuencia, y microtráfico. La cámara térmica empezó a operar esta semana y además puede cumplir la función de encontrar personas extraviadas en los cerros, o gente que se da a la fuga".
En relación a los operarios, explica que en su selección se les "exigió haber tenido mínimo dos años de antigüedad con la credencial que entrega la DGAC, además de pruebas internas bien minuciosas".
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