En sus respectivos palacetes y casi sin uñas de puro nervio, los principales responsables de la minera San Esteban, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, siguen paso a paso el rescate de "los 33" de Atacama.
Si bien ninguno de los empresarios quiso asomar la nariz por la mina San José ni mucho menos por el Campamento Esperanza, cercanos a los caporales aseguran que ambos están siguiendo de forma "expectante" el rescate de los titanes.
"Ellos siguen atentos el rescate como lo haría cualquier otro chileno", señaló una fuente cercana a los dueños de la mina.
En el estudio de abogados que tomó su defensa, señalaron que Bohn y Kemeny "no realizarán declaraciones públicas ni se referirán al rescate", puesto que estarían trabajando en darle solución a los asuntos pendientes del accidente.
Ambos empresarios desaparecieron de la luz pública luego de que fueran sindicados como los principales responsables de la tragedia ocurrida el 5 de agosto pasado y que dejó a 33 mineros sepultados a 700 metros de profundidad.
A fines de septiembre, los familiares de los mineros afectados entablaron una demanda contra los caporales, exigiendo una indemnización de un palo verde por trabajador.
A esto se sumó la querella por el accidente que semanas antes sufrió el minero Gino Cortés, quien perdió una de sus piernas durante un desprendimiento al interior de la mina San José.
Por todo eso, la justicia dictaminó arraigo nacional contra los empresarios y la retención de todo su patrimonio declarado para asegurar el pago de las operaciones de rescate.
NUEVAS ACCIONES
La familia del minero Raúl Bustos presentó ayer una nueva acción legal en perjuicio de los dueños de la minera San Esteban y del ex director del Sernageomin, Patricio Leiva. La acción busca cuantificar sus bienes para que quienes se sientan perjudicados por sus acciones los puedan demandar.