Súper choreados están los dueños de los restaurantes, topless y moteles de la capital por la iniciativa del gobierno de modificar la Ley antitabaco, que espera prohibir de frentón las bocanadas de humito en los lugares públicos cerrados, además de cortar las fumarolas en lugares con niños cerca.
Después de cuatro años de ejercicio de la ley, en la que Don Miguel, la guagua y el pilucho impotente salieron al ataque de los que echan más humo que auto quemando aceite, el gobierno prometió ponerse más brígido e igualarse con leyes antitabaco que existe en países como España, Uruguay, Canadá o el Reino Unido, donde no se puede fumar en los lugares públicos cerrados ni al aire libre, mucho menos donde exista la presencia de péndex.
Con las nuevas disposiciones, la barra pop estaría destinada a echar humito en la casa o en la calle, sin que nadie lo mire.
Es por eso que los dueños de locales comerciales son los que están más chatos y tienen el tema entre ceja y ceja, buscando la forma de apalear la ley en caso que esta se concrete.
"Esto no es bueno, pero si sale vamos a tener que acatar. Eso sí, esto nos perjudica plenamente en el ámbito económico", cuenta Flavio Parra, dueño del conocido restaurant "La Piojera", quien agrega que de ponerse en rigor la furiosa ley, buscará alguna cosita para dejar contento al cliente. "Tenemos un patio que podríamos habilitar para los fumadores", comenta.
¿Y los moteles?, también se enxuxaron, pues aseguran que será una misión casi imposible, al borde del espionaje, regular que los pasajeros acaten la ley, sobre todo con el puchito que muchas parejas se pegan después del merecido cacheteo en el ring de cuatro perillas.
"¿Cómo prohíbes fumar con la puerta cerrada?, yo no puedo llegar y hacerles la pillada. Encuentro que es una medida exagerada, es difícil regular y nos complica como negocio", cuenta el administrador del imperio de la lucha cuerpo a cuerpo "Marín 014", Rosendo Mandujano.
Pero los que más salen para atrás y están enyegüecidos con la noticia son los dueños de los topless y cabarets de Chilito, ya que cuentan que si se aplica la ley, quedarán re funados y temen que muchos de sus clientes se alejen del caño producto de la medida antifumarola.
"Los primeros perjudicados son los clientes y en segundo lugar nosotros, por todo lo que lleva asociado el cigarro con el carrete, que es nuestro negocio", lanza el gerente general del night club "Diosa's", Felipe Barriga.
Más pesado se pone el dueño del "Passapoga" y secre de la Asociación Nacional de Dueños de Locales Nocturnos y Turismo (Anetur), Jaime Retamal, que amenaza con llegar al Congreso y realizar un cuadro plástico en la misma puerta si es que el Gobierno pone en efecto la ley.
"Esta medida atenta contra la libertad y al cliente no le va a parecer bien. Todos podemos hacer lo que queramos y vamos a ir al Congreso si es necesario", disparó envenado.
GASTRÓNOMOS SE SUMAN A LA VENA GENERAL
Con muy mala cara recibieron la noticia en la Asociación Chilena de Gastronomía, Achiga, pues aseguran que después de cuatro años otra vez les cambian el plato a uno desabrido, cuando ellos ya dejaron monono el local para acoplarse a la ley del 2006.
Su presidente, Fernando de la Fuente, contó que esto obviamente traerá pocos beneficios a los dueños de pubs y restaurantes.
"Nosotros ya cumplimos con la ley y ahora nos vienen a cambiar el mono. Es evidente que esto traerá consecuencias, ya que los consumidores no aceptarán dos veces un cambio", lanzó enojado.