Para alegría de muchos y penita de otros, falta poco para el día del picarón Cupido, que está listo para chantarle sus flechas a los desprevenidos.

Y cómo no puede haber un 14 de febrero sin su toque dulzón, en la cárcel femenina de San Joaquín hay un equipo de cinco sensuales reas listas para repartir pasteles y chocolates en el día de los tórtolos.

Todas fueron capacitadas en prisión durante seis meses por INFOCAP, una asociación sin fines de lucro que forma a trabajadores en situación de riesgo social. "Las mujeres que trabajan aquí reciben sueldo y se les hace una libreta de ahorros. La idea es que, cuando salgan, se reinserten", cuenta la teniente Marilyn Martínez, jefa del Centro de Estudios y Trabajo.

Entre los muchos talleres que la cárcel ofrece a sus internas, el de repostería hace furor. Tanto así, que todo lo que que preparan lo hacen a pedido. Algunas de ellas han ido a trabajar como garzonas en eventos, y tampoco se arrugan si les piden pasteles de bodas.

Varias están allí por tráfico de drogas y otras por robo. Todas echan de menos a sus hijos, por lo que la oportunidad que les dio la cárcel es un aliciente para reintegrarse y tirar pa' delante una vez estén libretas.

"Por un error manché mi ficha y nadie después de me dio trabajo", admite Patricia, que con 29 años es madre de tres hijos y le faltan solo dos meses para salir.

"Salimos a las 5 y media, pero cuando hay mucho pedido estamos hasta las 7", cuenta Luisa, que lleva allí seis meses. Mientras que Andrea confiesa que "quiere tener su propio local".

Karin, la líder del grupo, dice que le gusta estar allí, pues todas son amigas y se cuentan sus cosas. "Nos apoyamos entre todas", largó la chiquilla.

Para el 14, las evas harán paletitas de chocolates, cupackes, pie de limón y pasteles con forma de corazón. Si quiere hacer un encargo, solo debe llamar en la mañana al teléfono de la cárcel y se los tienen ese mismo día.