Monica Echeverría llevó su rebeldía al más allá

La noche del viernes falleció la escritora, profesora, actriz, dramaturga e incansable activista por los derechos humanos. En una de sus últimas entrevistas dijo ser "más revolucionaria que cuando joven (...) No soy una de esas viejas apolilladas, desinformadas o que ya no piensan".

La noche del viernes, a los 99 años, se apagó la vida de la escritora, profesora, actriz, dramaturga y activista por los derechos humanos, Mónica Echeverría Yáñez. Sin embargo, su luz brillará por toda la eternidad.

Hace un tiempo, la creadora de "¡Háganme callar!, su último libro, sufrió un accidente cerebro vascular que debilitó su estado de salud, pero jamás sus convicciones.

En una oportunidad, la escritora aseguró ser "más revolucionaria que cuando joven (...) No soy una de esas viejas apolilladas, desinformadas o que ya no piensan". Así de directa.

Incluso, en una oportunidad se declaró "feminista desde antes de que se hablara de feminismo".

Durante la dictadura militar fue conocida por su lucha en la clandestinidad. Entre 1973 y 1990, en específico, formó parte de la agrupación "Mujeres por la Vida", que denunciaba los atropellos y violaciones a los DD.HH. Además, fue una de las directoras del Centro Cultural Mapocho -entre 1981 y 1989- y del departamento de teatro infantil del Ictus.

Su pasión y rebeldía la acompañaron desde siempre, pero en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, su alma máter, se dieron a conocer.

A los 24 años, se casó con el arquitecto Fernando Castillo Velasco, con quien tuvo cinco hijos.

Tras su egreso de la universidad, trabajó por varios años en la docencia, específicamente, dictaba clases de Castellano.

En 1993, publicó su primer libro "Antihistoria de un luchador", donde relata la vida del sindicalista Clotario Blest.

Entre sus obras, además, se destaca la biografía novelada de Violeta Parra, "Yo, Violeta", publicada en 2010; también el libro "Krassnoff arrastrado por su destino" e "Insaciables", en el año 2012, sobre Augusto Pinochet.

Su partida caló hondo en el mundo político y cultural. La diputada Carmen Hertz (PC) lamentó su muerte y a través de Twitter la definió como una mujer que "vivió su tiempo con rebeldía, coraje y compromiso junto a Fernando Castillo Velasco, ambos unos imprescindibles".

La rebelde del siglo XX se ha ido. Partió al más allá fiel a su estilo: con el mensaje "mujeres por la vida" en su vestido y un parche en su ojo derecho que homenajea a las víctimas de estallido ocular.

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