Edificios de papel: La pesadilla de la casa propia

Pablo Pinto (28) llegó hace dos años al edificio de la constructora Paz ubicado en Irarrázaval 2931. Según su relato, se fue a vivir junto a su polola con toda la ilusión de casarse más adelante. Todo lo que poseía comenzó a tambalear durante la madrugada del sábado, en que el terremoto que azotó Chile dejó para la historia los cimientos de su edificio. El lunes siguiente al sismo fueron evacuados por peligro de desplome y la pareja no lo podía creer…

"Me vine a un edificio nuevo porque quería algo bueno… Uno llega con ilusiones, junta su plata con esfuerzo y al final quedamos prácticamente en la calle", piteó Pablo.

En Macul, Jacqueline Montiel (47) compró hace dos años un departamento en el piso 11 del edificio ubicado en Manuel Sánchez 3271. Llegó junto a su marido y sus tres hijos, tras encalillarse por los 48 millones que costó su vivienda propia. Sin embargo, su sueño tampoco aguantó el terremoto del sábado 27 y obligó a sus moradores a abandonar sus hogares. La familia de Jacqueline se niega a esa opción…

"La clase media es la que más sufre en estas situaciones. Yo no tengo cómo pagar un dividendo y además un arriendo, tengo un hijo en la universidad y estoy cesante, no me puedo ir de  acá", aseguró Jacqueline.

En Maipú, igual suerte vivieron los habitantes del condominio Don Tristán, cuyos pilares se quebraron como obleas durante el movimiento telúrico, dejando al edificio de cuatro pisos inclinado como la Torre de Pisa. Recién ayer, personal de Bomberos logró ingresar al malogrado condominio para sacar algunas pertenencias de sus moradores. La escena fue de película.

DE THRILLER...

El recorrido por las tres comunas dejó al descubierto cómo edificios medianamente nuevos no soportaron el manso ni que movimiento telúrico que afectó al país durante la madrugada del sábado, que prácticamente destruyó los pilares que soportan las construcciones, lo que obligó a la posterior evacuación de los moradores.

Hasta el edificio de Irarrázaval 2931 llegaron de forma voluntaria tres caperuzos de la empresa APIAXXI, ingenieros y arquitectos consultores, quienes están preocupados por la falta de información que tienen los vecinos en cuanto a por qué un edificio nuevo quedó en tales condiciones tras el terremoto.

Gonzalo Fernández (27) es uno de los ingenieros y vive en el edificio que está al lado del malogrado recinto en Irarrázaval. Por lo mismo, el caperuzo teme que un inminente desplome pueda afectar su propio hogar, por lo que se presentó junto a sus compañeros para chequear las reales condiciones de la construcción de veinte pisos.

IMPRESENTABLE...


"Llegué voluntariamente el día del terremoto porque soy vecino y me encuentro en un radio que alcanzaría un virtual desplome. Hoy decidí regresar junto a algunos colegas porque no hay información oficial y eso es impresentable para los vecinos", parló el caperuzo.

Para los expertos de APIAXXI, las fallas que presentó la construcción de Ñuñoa son impresentables y pudieron perfectamente ser evitadas si se hubiesen tomado las medidas de seguridad correspondientes.

"El primer problema es de construcción, porque se nota que hay mala calidad en el hormigón. Es impresentable que en un edificio de 20 pisos haya reventado de esa forma. En códigos de diseño, es una falla indeseable", señaló.

"El segundo problema es de diseño, porque claramente faltó armadura de confinamiento al corte, lo que da resistencia y no permite el pandeo de las barras, que a la postre descascara el hormigón. Justamente eso ocurrió aquí", añadió.  

¿HABRÁ SOLUCIÓN...?

Por su litro, los vecinos de los condominios afectados esperan reunirse con los jefes de sus respectivas constructoras y que se les entreguen soluciones eficaces. Por el momento, la mayor parte de los moradores ha debido abandonar sus hogares, antes de que las réplicas terminen de hundir sus sueños.

"Me la he llorado toda, pero tengo que luchar por mi familia, no tengo otra opción. Una se imagina que un departamento de 48 millones va a tener algo de calidad, pero aquí quedamos", sentenció Jacqueline.

Lo que fue el sueño de toda la vida, fue violentamente arrebatado en el megaterremoto que asoló a Chilito y que dejó casi por el suelo a muchos edificios que, a simple vista, fueron irresponsablemente y sin ningún respeto por la vida humana, edificados por debajo de las normas impuestas en nuestro país, sísmico por naturaleza.

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