Eduardo Fuentes quiere de vuelta el escupitín

Para evitar tragarse sus resfriados veraniegos y no caer en el feo hábito de andar gargajeando en el suelo -y menos en el escenario- es que ha reflotado la idea de restituir el escupitín como distinguida práctica social.

Para reinstalar esta aristocrática usanza de principios del siglo pasado, que consiste en dejar caer los pollitos en una elegante ánfora metálica, es que el vehemente animador Eduardo Fuentes, carraspeó una suerte de campaña que pretende reverdecer laureles y devolverle a este aparatito el sitial que nunca debió haber perdido.

“Debería retomar el lugar que ostentó a principios del siglo XX. Nunca olviden que el escupitín es una práctica social que ayuda a distender cualquier ambiente”, estampó medio a medio el nuevo rostro de canal 13.

Con el lema "Aunque muchos auguraban su fin, ¡sigue vivo el escupitín!", Fuentes pretende volver a darle vida a este adminículo con aletas de bronce o cobre que se ubicaba siempre en un rincón discreto, según nos contó el historiador y director del Centro de Estudios Chilenos, Pedro Godoy.

“Los alcancé a conocer, los contemplé y eran pequeñas obras de arte, no era un tarro duraznero cualquiera. En cada oficina elegante de rector, intendente o alcalde siempre hubo uno”, señaló Godoy.

El historiador incluso recordó que muchas veces se decidió el destino de la Patria, con un escupitín al lado.

Por lo anterior, Eduardo Fuentes cree que al escupitín se le debe respeto y “es una forma de recuperar nuestras tradiciones”.

“Ojalá que sea de cobre porque así ayuda a matar las cochinas bacterias y a darle un nuevo impulso a la industria nacional”, dijo Fuentes.

El animador cree que dentro del círculo virtuoso que generaría el aparato estarían las micros, “ya que en vez de caer en la fea costumbre de abrir las ventanas y lanzar los escupos al viento, sería bueno al menos contar con unos dos escupitines por máquina para recorridos largos”.

“Es más, creo que en los escenarios de Chile deberían tener un parcito, para que así el público se evite muchas veces el desgarro del artista, o en las canchas de fútbol donde se lanzan al voleo y se da un feo espectáculo y un pésimo ejemplo a los niños”, señaló Fuentes.

AL GUÁTER

José Alfredo Fuentes, más conocido como el “Pollo”, nos largó que “para la época estaba bien tirar los escupos ahí, pero ahora no. Por elegante que haya sido, no lo volvería a ocupar. Cómo les digo a mis hijos: los pollos al guáter”.

El cantante aseguró que sólo alcanzó a conocer las cantoras, “pero eso ya es otro cuento y para otros usos, pero son parientes cercanos”.

ABUELO DE LA CANTORA O PELELA

El escupitín vivió su época de oro a principios del siglo pasado, en plena época del salitre.

“Cualquiera que tuviese un estatus elevado debía tener uno de estos junto a su alto escritorio”, dijo el historiador Pedro Godoy.

Según el caperuzo, hasta aproximadamente 1950 las escupideras formaron parte del inmobiliario elegantón, hasta que desaparecieron. “Y los pobres que no podían darse ese lujo debían azotar sus escupos directo al suelo”, agregó Godoy.

El historiador recordó que el escupitín es el abuelo de la cantora o pelela y que con el tiempo se fue degradando hasta que desapareció.

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