Una de las respuestas a la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 fueron las clases a distancia en colegios, universidades e institutos. Esta modalidad implementada en nuestro país ha tenido pros y contras, tanto para profesores y alumnos.
La pandemia cambió el diario vivir de la mayoría de las personas y las condujo a una modificación de sus costumbres y la manera de desempeñar sus quehaceres. El ámbito de la educación no quedó ajeno, ya que prácticamente todos los niveles optaron por la educación a distancia mediante el uso de tecnologías con el uso de Internet. El método ofrece oportunidades y complicaciones que tiene al menos dos miradas: profesores y alumnos, a los que se agregan padres y apoderados. El retorno a las clases presenciales es ahora la gran discusión.
Según los datos otorgados por el Mineduc, las instituciones que han retomado la presencialidad son: 108 colegios; 79 jardines infantiles y 43 universidades a lo largo del país. El Ministerio de Educación ha elaborado un protocolo para asegurar un retorno gradual, seguro y voluntario, con un plan que consta de siete pasos y que considera: limpieza y desinfección de los establecimientos; limpieza de aulas; horarios diferidos para entrada y salida; toma de temperatura, entre otros.
Raúl Figueroa, ministro de la cartera de Educación, ha perseverado en considerar que, "las clases presenciales son irreemplazables, y es fundamental que, en la medida que las condiciones sanitarias lo permitan, se retomen".
Experiencias
Sin embargo, la mayoría de los alumnos y profesores aún siguen en sus hogares, experimentando distintas experiencias con el sistema de clases on line.
Según el psicólogo del Colegio Patricio Mekis de Maipú, Jorge Moreno, uno de los aspectos relevantes a tomar en cuenta es el posible estrés para las y los alumnos. "Siento que adecuarse a esta nueva metodología de trabajo generó más ocupación y estrés en las y los estudiantes, sobre todo en los primeros meses del año, considerando que fue algo nuevo para todos: estudiantes, profesores y familia", detalla.
"Es más fácil desconcentrarse"
Desde la perspectiva estudiantil, nos relató cómo ha sido su último año en la educación secundaria Elson Silva, alumno que cursa cuarto medio en el Colegio Santa María de Maipú. "La verdad me parece bastante difícil pensar en que logré aprender con esta modalidad, porque comprende tiempos cortos de clases y pocas veces al día en mi caso. Es más fácil desconcentrarse, porque no es lo normal, lo que sería estar en un aula de clases y de manera presencial", afirma sobre los aprendizajes esperados con las clases a distancia.
Sobre el nivel de aprendizaje para las y los estudiantes este año 2020, el psicólogo Jorge Moreno dice: "En relación al 100% de la materia pasada este año, creo que en un gran porcentaje sí fue entendida por las y los estudiantes, considerando que se realizaron adecuaciones curriculares y estrategias para generar aprendizajes. Creo que quien no aprendió fue porque tuvo problemas de conectividad y acceso a internet", agrega Moreno, relevando las dificultades y desigualdades que se generan con la educación en línea.
Según la Subsecretaría de Telecomunicaciones, en Chile el 44% de los hogares aún no tiene conexión fija a internet, lo que equivale a 1.495 localidades sin conectividad, y 55 comunas con una conectividad inferior al 1%. Lo anterior demuestra la inmensa brecha digital en el país, que se materializa en la educación online, ya sea por los dispositivos que permitan el uso de esta como en las habilidades para utilizarlos.