La nueva moda gringa que tiene la tendalá en playas y piscinas es el Biclip, y ya amenaza con dejarse caer por estos lares.

Se trata de una diminuta prenda que se coloca a presión sobre las partes íntimas, sin necesidad de tirantes, y deja toda la colita al aire.

La excitante prenda, que es muy parecida a la que usan las vedettes en sus cuadros musicales, conocida como “conchero”, se creó para reemplazar a las micro-tangas, y promete llegar al mercado latino en 2015 para no irse más.

Ni corta ni perezosa, la escultural Jessica Alonso ya se dejó ver con la joyita en el programa "Toc Show" de Juan Carlos Valdivia en UCV televisión.

"Te deja un bronceado espectacular, ya que no hay marcas de bikini. Quedas casi totalmente tostadita. Tengo 3 "biclip". Uno amarillo, otro rosado y mi regalón uno negro que usé el otro día en el Toc, donde los camarógrafos estaban vueltos locos", contó cortita de genio.

Agregó que “cualquier mujer lo puede usar. En Europa he visto hasta mujeres de 60 años con ellos, acá la dueña de casa podría hasta cocinar con él para seducir a su marido, además que es cómodo”.

La contorneada emprededora piensa importarlos pronto para hacer billete: “Ya tenemos casi armado un negocio para comenzar a vender este producto en Chile”, se quebró como una oblea.

Para Antonella Ríos "entre menos cantidad de pilchas es más óptimo para ir a la playa o piscina".

Si bien señala que nunca ha vestido el Biclip en la vía pública, le encantaría usarlo, porque “me parece la mejor solución para tomar sol, meterse al agua, y sirve para todo. Entre menos tela y elástico es mejor”.

Aunque la prenda podría atraer a los babosos de siempre, la liberal morena no está ni ahí: con los californias: "Cada una hace lo que quiere, da lo mismo lo que piense el resto. Mientras para una sea práctico, cómodo y no faltes a las buenas costumbres, no hay problema". verseó la musa.

Moda

Pese a que Andrea Dellacasa dice que ella impuso la moda del "conchero", tras el piscinazo del 2011 como reina de Viña, contó a La Cuarta que la sociedad chilena no está preparada para ver este tipo de prendas en la playa o piscinas y que "si no me pagan, no lo usaría en mi vida cotidiana. Si el hombre no puede andar desnudo, es como una ofensa pública que una ande mostrando todo, ya que al no tener tirantes la gente cree que uno anda desnuda".