El ''Chupallita'' pagó el pato en el búnker de Jorge Sampaoli

Disfrazado de “Teletubi”, romano o, simplemente, colgado de un árbol, hasta donde trepa gracias a un clavo que tiene en la punta de sus bototos, Marcelo Molina, más conocido como el “Chupallita” debe ser uno de los hinchas más reconocidos de la Marea Roja. Un loquillo que ayer también se convirtió en la primera víctima de Jorge Sampaoli.

El chico de los pitillos la peinó en mala y, perseguido por la presencia de espías encubiertos, mandó a cerrar la Avenida Las Torres, entre Pedro Prado y El Líbano, para que nadie acercara su ñata a Pinto Durán.

Fue así como a primera hora de ayer aparecieron en el fortín de Macul dos cercos de vallas papales, una decena de guardias de seguridad y la custodia de Carabineros. Una operación destinada a dar paz a los jugadores e impedir que nadie cache los movimientos robóticos de sus jugadores.

Como era de esperar, a nadie en el vecindario le gustó la medida, menos al “Chupallita”, quien en su afán de acercarse al búnker saltó los controles y terminó detenido en la 46º Comisaría de los amigos de verde.

“Los carabineros me dijeron que le llevara ropita, porque va a pasar la noche con ellos y mañana lo pasarán a control de detención. No sé qué se cree Sampaoli”, se quejó Erika Molina, mami del hincha kamikaze.

Y el dolor de la mujer fue compartido por los vecinos del laboratorio de la Selección. “Son de carne y hueso, se creen súper estrellas los weones y nunca han ganado nada”, lanzó doña Ximena Rivera, vecina de Pinto Durán, a quien los guardias no querían dejar llegar a su casa. “Ese pelao siempre me ha caído mal, pero ahora se pasó”, agregó la tía María Angélica Zúñiga, quien se debió desviar varias cuadras rumbo al hospital Luis Tisné, principal centro médico del sector (está ubicado en Avenida Las Torres 5150), donde en promedio diariamente se realizan 20 partos, 55 hospitalizaciones, 90 urgencias, 90 urgencias obstétricas y 25 cirugías, según los datos públicos del centro hospitalario.

Los vecinos están en llamas, y razón les encuentra el ex DT de la Roja, Juvenal Olmos, quien dice que “la Selección es de la gente y no hay para que molestar. Es cierto que hay momentos de privacidad con los jugadores, pero eso se debe manejar de otra forma”.

Además, el “Juve” cree que este tipo de medidas “se transforman en un presión nociva para los jugadores, no es sano. Brasil y Argentina entrenan a puertas abiertas. Sampaoli ha perdido el rumbo”.

COMPARTIR NOTA