Van a cumplirse seis años desde que Manuel Iturra tuvo que soltarse la chasca a lo Leo Rey al viento para emprender nuevos rumbos, desde que Jorge Sampaoli llegó al Bulla y le preguntó si sabía pescar... para que pescara sus pilchas y se echara a volar.
Un largo patiperreo que llevó a Colocho a peregrinar por Portugal, Italia y que ayer, tras ser presentado oficialmente en el Rayo Vallecano, lo llevó de vuelta a España, y olé.
"Cuando me llega la oferta del Rayo no lo pensé. Jugué bastante tiempo en España y estoy acostumbrado a su fútbol", se coleteó el crespo natural en su presentación por el elenco madrileño y en donde, para variar, tendrá que remar contra la corriente, pues el club marcha antepenúltimo y está con el poto colorao por las llamas del descenso.
Eso sí, más que el típico coleteo del pajarito nuevo, lo que llamó la atención en el estreno en sociedad del yerno del Superman Vargas fue el palo que tiró con la intención de volver a ser alternativa para la Roja.
"Hay un entrenador nuevo y todos los jugadores que hemos tenido la oportunidad de ir alguna vez se nos abre la oportunidad de volver a estar considerados", dijo "Colocho", justo ahora que los cahuines cacarean en la Anfp con el rumor de que el crespujen sería uno de los tapados para la primera nómina de Pizzi.
Aunque no es primera vez que se pasa películas, porque la misma merluza vendió cuando llegó al Udinese el semestre pasado, los sueños del ex “6” chuncho tienen más base ante la gran cantidad de bajas que tendrá la Selección en la próxima fecha eliminatoria, justo en la zona de volantes.
Con Vidal suspendido, Carlos Carmona operado, Chárles Aránguiz recién volviendo de la pana al tendón de Aquiles y Marcelo Díaz con pura falta de fútbol, el círculo de hierro de Pizzi sondeó la opción de Iturra, que ha venido actuando con regularidad en ese puesto en Udinese. De hecho, con los de Friuli sumó 1.032 minutos que lo tuvieron entre los más sobaqueados del equipo.
En todo caso, a ricitos de plomo le juega en contra su lejanía con el Equipo de Todos. De hecho, la última vez que supo lo que era defender a la patria fue en mayo del 2010, cuando Marcelo Bielsa lo puso en un amistoso contra México pero apenas duró un minuto porque lo expulsaron por una patá asesina al charro Andrés Guardado.
De ahí, nunca más lo citaron por chuletero y agilado.