El "Doctor" Yonni Barrios ahora pinchará en superficie

Con la espalda pegada a la pared estuvieron durante dos días las funcionarias del Hospital de Copiapó, desde donde ayer dieron de alta al minero Yonni Barrios, el único ser humano que perfora más rápido que la milagrosa T-130.

Antes de llegar a la casa de Yonni (51), en la humilde población Juan Pablo II, en Copiapó, se me entró el chupete. Me acordé del párrafo anterior (y muchos más que durante el mega rescate publicamos sobre su fama de don- juán) y pensé que el minero me iba a perforar de un solo combo en el hoci.

Pasé al almacén de abarrotes que instaló en la entrada de su casa, miré por un pasillo y caché que estaba almorzando con Susana Valenzuela, la misma mujer que fue sindicada como la "sucursal" del minero.

"¡Aló! ¡Don Yonni, lo buscamos de La Cuarta para!", le grité con voz de agilado.

Susana salió a mi encuentro, me miró con picardía y me dijo: "Ya, dejémoslo en un millón de dólares.... ¡Pasa, cabro! Yo le digo al Yonni que te atienda".

El titán rescatado en el puesto 21 me recibió en su living, el que tapizó con cientos de fotos de viajes y otros recuerdos de la odisea que mantuvo en vilo a todo Chile durante 70 días.

Yonni es chiquitito, fortachón y de mirada nostálgica. Luce una prominente panza que cultiva a diario con los pataches que le prepara su amada Susana. Es monosilábico, po lo que tuve que sacarle respuestas con sacacorchos.

- Don Yonni, en abril nos enteramos que sufre de silicosis. ¿Cómo se ha sentido en los últimos meses?

- (Piensa la respuesta cerca de 20 segundos) Me cuesta respirar y ahora en invierno debo cuidarme más, porque un resfrío puede causarme algo mucho más grave.

- ¿Pero está en tratamiento?

- Sí, pero esta es una enfermedad progresiva. Tengo entre un 25% y un 50% de silicosis en los pulmones, así que hay que cuidarse, nomás.

- ¿Y dejó de fumar?

- Sólo en las noches...

PURO AMOR

Mientras lo entrevisto Susana se pasea entre el comedor, el living y una grutita que instaló en un rincón del hogar. Allí reza a diario por la salud de su amado y para que nunca más vuelva a ocurrir una desgracia como la de la mina San José.

Yonni la mira con admiración. Se siente orgulloso de su segunda mujer: está separado de hecho con Marta Salinas, quien, en una entrevista que le concedió a La Cuarta en octubre de 2010, dijo que un mes antes del accidente vivía con él.

- ¿Se molestaba cuando lo palanqueaban con el asunto de su "doble relación"? En el diario le tiramos varias tallas y eso me tiene medio nervioso...

- Eso se solucionó hace tiempo...

-¡Ah, qué bueno! A casi un año del derrumbe, cuénteme de su papel como "Doctor" en la mina.

- Yo nunca hice cursos de enfermería, como se ha dicho en la prensa. Sólo había puesto inyecciones, pero hace muchos años.

- ¿Pero atendió a sus compañeros?

- O sea, abajo algo extraño pasó y me tuve que encargar de esas tareas. Pero te insisto en que no sé de dónde salió esa capacidad.

- ¿Intervención divina? ¿Dios le dio el don, cree usted?

- Sí, creo que sí.

- ¿Qué piensa hacer ahora? ¿Trabajar en mina o el almacén le da para vivir?

- No, el almacén es para el día a día. Estoy viendo la posibilidad de capacitarme en enfermería. El ministro Jaime Mañalich me ofreció hace un tiempo la posibilidad de capacitarme en enfermería y luego trabajar en eso.

- ¿Y lo hará?

- Estoy con licencia médica por lo que ocurrió en la mina. Tengo que esperar a que me den el alta.

- Ya, Yonni, lo dejamos. Se podría sacar una foto con Susanita.

- Bueno. ¡Venga, mijita! Siéntese a mi lado.

Susana se hizo de rogar, por lo bajo, dos minutos antes de sentarse en la mesa con su amado y chantarle un jugoso calugazo.

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