A pesar de que ya lleva un año jugando Grand Slams al borde de la parrilla, Feña González anoche le puso punto final a su carrera ganando su partido de despedida al español Juan Carlos Ferrero.
Así le puso punto final a su carrera de una manera formal, porque hace rato que ya colgó la raqueta y está dedicado a otras cosas. Como entrenar al péndex Matías Sborowitz, de 19 años, a quien espera sacarle el jugo para que pueda despegar en el ATP.
"Me hace demasiado caso en lo que le digo, debería pescarme menos", cuenta medio en broma y medio en serio. "Es que el tenis es un deporte individual, por lo que a veces hay que hacer lo que uno siente, ejecutar los golpes que te nacen", señala, cachando que su camino al éxito fue porfiar y pegar su derecha letal todo el rato.
Igual se cachiporrea asegurando que de su mano ha logrado modificar el juego de Matías. "Llevamos tres semanas y yo veo cambios, probablemente él ya los siente", asegura, aunque el objetivo es no volverse loco con el ranking. "El punto número uno es que sea mejor jugador de tenis. Es la base. Yo siempre apunté a eso durante mi carrera, es lo que importa más allá de los números", contó.
Cerró comentando que "ojalá le ayude mi experiencia. Tenemos una gran relación, somos bien cercanos y eso será importante para tener resultados a futuro".