Hace justito 40 años, los científicos gringos le robaron la Luna a los enamorados, cuando Neil Armstrong, luego de viajar 384 mil kilómetros junto a sus compañeros en el Apollo 11, dijo: "Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad", y caminó por primera vez sobre la superficie del satélite.
En Chile se siguió con tutti la hazaña. El presidente Eduardo Frei Montalva decretó feriado hasta el mediodía del 21 de julio. La gente se apiñó en las pocas casas que tenían tele y las iglesias tocaron sus campanas apenas la nave arribó, a las 22.56 horas de aquel domingo de 1969.
Una misión tan cara es impensable hoy, pero, en el marco de la Guerra Fría, Estados Unidos no tuvo problemas en romper el chanchito para ganarle el quién vive a la Unión Soviética, que había partido con ventaja la carrera espacial. Los comunistas, en 1957, pusieron en órbita el primer satélite artificial; luego vino el viaje de la perrita Laika y en 1961 mandaron al espacio al primer humanoide: Yuri Gagarin.
El presidente gringo John Kennedy destinó más de 5 mil millones de dólares anuales al programa espacial. En 1967, alrededor de 400 mil personas trabajaban en el programa Apollo, que dos años más tarde dejó al mundo con la tarasca abierta.
¡FRAUDE!
El retirado comandante Klaus von Storch Kruge es el chileno que más cerca ha estado de ir al espacio sideral (después de las chinitas del Liceo 1, que viajaron en el transbordador Columbia).
El ingeniero aeroespacial cree imposible que los gringos no hayan llegado al satélite, porque los soviéticos los habrían echado al agua, ya que tenían la tecnología para detectar un engaño.
El panelista del programa "Así somos", Juan Andrés Salfate, concuerda con el ex aguilucho y cree que efectivamente el hombre llegó a la Luna, pero sostiene que "las imágenes que dieron por la tele son una farsa".
El experto en temas cuáticos comparte la teoría de la Guerra Fría. "A los gringos no les bastaba con ganar la carrera espacial, sino que debían enrostrárselo a los soviéticos con buenas imágenes", explicó.
Para Salfate la razón que sustenta la teoría del engaño es que incluso en la actualidad "sería muy difícil televisar en vivo y en directo" un alunizaje. "Los computadores eran gigantes, y ahora un PC que se vende en cualquier lado es 17 veces mas poderoso que los tres computadores que tenía dentro del módulo lunar".
Las pruebas que el pelado ha recolectado son varias: Hay un video dando vueltas grabado en un estudio de televisión que recrea la escena. ¡Ahí a un astronauta le cae una parrilla de luces en la cabeza!
En una imagen oficial una bandera gringa flamea. "En las fotos las estrellas no se ven, y la cantidad de estrellas debió haber sido impactante", explicó.
En otra reproducción de la NASA un astronauta proyecta tres sombras en el suelo, "lo que demostraría que es un montaje".
La lista de pifias, según Salfate, sigue: "Se ven letras en rocas que serían parte de una escenografía, y en la escena había más vehículos porque hay huellas de otros autos. ¡Y eso lo hizo la gente de utilería! Me da rabia, porque claramente están en un estudio".
Algunos incluso sostienen que el cerebro tras las mentiras más grandes de la historia fue el talentoso director de cine Stanley Kubrick. "¡Y él nunca lo negó, y nadie sabe de qué murió!", concluyó Salfate.
DESAFÍO PARA NUESTRA TELE EN BLANCO Y NEGRO
Para la televisión chilena la transmisión del alunizaje fue un desafío morrocotudo. El periodista José María Navasal viajó a Houston junto al camarógrafo Manuel Labra, y Don Francisco, desde el mismo lugar, grabó una edición especial de Sábados Gigantes.
En esa época Manuel Mendoza era director de prensa del Canal 9 de entonces (hoy ChileVisión) y considera que la cuestión fue cuática. "Creo que fue lo más importante que sucedió hasta ese año en el país. Para la gente era tan trascendente como la llegada de Cristóbal Colón a América". ¡Alrededor de 600 millones de telespectadores lo vieron en el mundo cruel!
Sebastián Foncea M.