Luego de 25 días de agonía, el joven falleció producto de las graves lesiones provocadas por los agresores. Durante la investigación, el fiscal del caso reconoció que “no es posible encontrarle sentido a este horror”.
Luego de 25 días de lenta agonía, Daniel Zamudio falleció producto de un ataque que remeció al país.
El 2 marzo del 2012, hace ya una década, el joven de 24 años sufrió una brutal tortura cuando se dirigía al Parque San Borja de Santiago.
A eso de las 22:30 horas, Daniel fue interceptado por cuatro sujetos que lo orinaron y quemaron con cigarros, azotaron su cabeza con una piedra de 6 kilos y le dibujaron con vidrios la esvástica en su cuerpo.
El crimen, unos de los más brutales conocidos en Chile, marcó un antes y un después en la historia de los derechos LGBTQA+.
Cabe recordar que el caso dio origen a la primera sentencia por un crimen homofóbico en Chile y aceleró la tramitación de la Ley Antidiscriminatoria. De hecho, la iniciativa fue aprobada tres meses después del asesinato.
Condenados
“Actuaron sin Dios ni ley, a tal punto que dispusieron de la vida de Daniel Zamudio a su propio arbitrio, en una sesión de torturas que tenía el sino de la muerte como directriz”.
Con estas palabras, el fiscal Ernesto Vásquez se refirió al actuar de Patricio Ahumada Garay (condenado a presidio perpetuo simple), Alejandro Ángulo Tapia, Raúl López Fuentes (condenados a 15 años de cárcel) y Fabián Mora Mora (condenado a siete años de prisión).
“No es posible encontrarle sentido a este horror, a esta sesión de tortura y crueldad, que impacta profundamente”, complementó el persecutor.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía Centro Norte, Daniel Zamudio sufrió zamarreos, golpes de pie y puño, además de agresiones con objetos contundentes en diversas partes de su cuerpo, especialmente en su cabeza, tronco y extremidades.
A raíz de este repudiable hecho, el joven resultó con graves lesiones, entre las que destaca un traumatismo cráneo encefálico grave con hemorragia, una fractura expuesta de la tibia y peroné derecha de carácter grave, múltiples lesiones corto-contusas y contusas en región facial, tórax y extremidades y quemaduras por cigarrillos.
“Dulce y agraz”
Sin embargo, desde el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) plantean que los resultados de la ley antidiscriminatoria -renombrada como Ley Zamudio- son “de dulce y agraz”.
“Por una parte, el Estado aún no resuelve las graves deficiencias de la Ley Zamudio. A 10 años de su entrada en vigencia, apenas 495 personas la han usado y solo en 280 casos hubo sentencias, la mayoría contrarias a las expectativas de las víctimas. Tanto en así, que en lo referente a delitos, apenas en 5 ocasiones se ha aplicado la agravante que contempla la ley”, precisaron desde el Movilh.
Además, indicaron que “entre otras deficiencias de la ley, se encuentra la ausencia de una institucionalidad antidiscriminatoria, la multa al denunciante sino se comprueba discriminación, el deber de la víctima de probar el abuso, la carencia de indemnizaciones y la imposibilidad de cuestionar fallos o sentencias discriminatorias”.
“Lo paradojal es que todos los puntos débiles de la Ley hubiesen sido resueltos si el Congreso Nacional hubiese aprobado la propuesta original del 2005, la cual fue cercenada en siete años de tramitación”, añadieron.
Asimismo, recalcaron que “como no lo hizo, el 3 de marzo del 2019 ingresó al Parlamento un proyecto de reforma que experimentó algunos pasos en 2021, ya que la iniciativa fue despachada por el Senado para su segundo trámite. Sin embargo, el proyecto egresado tampoco cumple ni atiende necesidades claves de la reforma, a un punto que no obliga al Estado a implementar medidas contra la discriminación y no aclara el tribunal que estará a cargo de tramitar las causas”.