¿Que todos los planetas se van a poner en filita y que eso va a causar un cataclismo? La cuenta regresiva del supuesto fin del mundo se pone cada vez más estrecha: sólo quedan ocho días para el 21 de diciembre ¿Qué será de la humanidad?
Calmao, dicen los científicos del Universo más capos de Chile. Nada de las mega tragedias que se andan especulando pasarán.
Aunque no tienen una bola de cristal para cachar el futuro, reconocidos astrónomos aseguraron al diario pop que la teoría del acabose es puro chanterío.
“Hay cero posibilidad de eso. No va a ocurrir nada fuera de lo normal el 21 de diciembre en la Tierra”, afirmó Luis Barrera, astrónomo de la UMCE.
La histeria colectiva ha llegado a tal punto, que en el Planetario están chatos de recibir llamados telefónicos, preguntando si hay que juntar agua o no para sobrevivir al próximo y temido 21.
“Nos encargamos de decirle a la gente que no hay ningún problema, que son especulaciones sin asidero científico y que nada terrible pasará ese día”, explica la paciente Carolina Díaz, subdirectora del Planetario.
Toda la paranoia ha surgido con una supuesta profecía maya. Según el astrónomo de la Universidad de Chile, Patricio Rojo, hay un exceso de información que termina malinterpretando el calendario de esta milenaria cultura.
"El próximo 21 de diciembre sólo corresponde a un ciclo de término en el calendario Maya", afirmó Rojo a La Cuarta.
Para llamar a la calma y cortar de una vez por todas el leseo, ambos científicos dieron cinco razones de porqué tenemos mundo para rato:
AL FINAL NO PASÓ NADA CON LA TRILOGÍA DEL CALENDARIO 2012
Otra de las fechas que está llena de teorías relacionadas con el mundo es la trilogía 12/12/12.
Ayer todos estaban tiritones y expectantes a ver si ocurría algo especial, pero nada terrible pasó. Todo lo contrario.
Según la filosofía del Feng Shui, el 12 del 12 del 2012 es una fecha considerada por los oráculos chinos como un día de suerte. Sobre todo en el amor.
Por eso, ayer en Singapur y Hong Kong se vivió un día de bodas masivas. Miles de parejas chinas llegaron hasta sus registros civiles para dar el sí.