La Brigada de Homicidios le pisaba la sombra desde hace 15 días. Estaba plenamente identificado por testigos y sólo faltaba un descuido para dar el golpe, pero al final la presión pudo más. Luis Manuel Neira Pavez (23), acusado de matar al menor Cristóbal Vásquez Muñoz (10) la tarde del domingo 13 de septiembre en una plaza de La Pintana, se entregó cerca del mediodía en el Centro de Justicia.
Acompañado de su abogado defensor, Mauricio Arancibia, el joven se acercó a la ventanilla del 15° Juzgado de Garantía de Santiago para aclarar su situación judicial.
DEFENSA PROPIA
Según su versión, la tarde del crimen "El Neira" habría peleado con otro cabro en el sector de El Castillo. En la mocha, el Lucho le quitó un arma antes de largar a una plaza interior de la villa Esperanza 2.
Pero la pelea estaba lejos de terminar. A las 4 de la tarde varios giles en un auto, armados hasta los dientes, le hicieron una encerrona, según él.
En plena plaza, mientras varios niños elevaban volantines, comenzó una balacera para acabar con la vida de Neira. El acusado sólo atinó a sacar el arma y disparar al aire. En medio del fuego cruzado, el cuerpo de Cristóbal Vásquez Muñoz cayó abatido a menos de una cuadra de su casa.
En la audiencia, el fiscal Sur Sergio Arévalo aclaró que, según testigos, el único que habría disparado hacia donde elevaba su cometa el menor, era "El Neira".
CANA
Luego de escuchar al fiscal y la defensa del joven, la magistrada Marcela Dattas dictaminó la prisión preventiva por considerarlo un peligro para la sociedad.
La jueza argumentó que cualquier persona que lleve un arma de fuego a un parque donde juegan niños es responsable de sus actos.
"La versión que entregó en el tribunal es muy poco probable. Ninguno de los testigos presenciales avala su versión. Los disparos percutados desde el auto en movimiento se producen desde otro lugar y antes que el niño caiga", aclaró el fiscal Arévalo.
Luis Manuel Neira Pavez pasará los próximos 100 días encanado en el Penal Santiago 1, mientras se investiga su responsabilidad en el crimen.
Claudio Sanz S.
